"No lo recuerdo. Me pegó alguna vez, pero no sé qué pasó ese día". Así se explicó ayer ante la jueza el niño de 12 años que el 30 de noviembre de 2018, cuando en el colegio le vieron moratones, acusó a su madre de pegarle con una percha. Los golpes llegaron después de que ella descubriese una nota de la profesora de inglés en la que advertía de las faltas de respeto del menor a la docente y a otros alumnos. La mujer se negó a declarar, ante el evidente descontento de su abogado. Dijo que se había quedado en blanco ante la jueza, aunque antes de entrar a la sala se había defendido firmemente. "No le golpeé con nada, solo quería corregir su mala conducta y volvería a hacerlo", dijo la madre a preguntas de los medios. Desde entonces, fue alejada del menor y ahora se enfrenta a nueve años de cárcel por maltrato infantil.

Fue una profesora la que promovió la denuncia tras descubrir unas marcas en el brazo del menor. "Llegó muy nervioso, con la cara roja y al estar en manga corta se le veían marcas de haber recibido golpes", explicó la tutora del niño, de 11 años en el momento de los hechos. El centro activó el protocolo para estos casos y la tutela del menor quedó retirada a la madre hasta la celebración del juicio.

Videoconferencia

El niño declaró ayer por videoconferencia pese a las quejas de la defensa. "No tiene sentido porque después del juicio irá a visitarlo al centro", explicó el abogado Luis Manuel del Valle, que se echó las manos a la cara al ver que su clienta era incapaz de prestar declaración. "Estaba muy nerviosa, no había dormido y me quedé en blanco", justificó la mujer a la salida de una vista en la que declinó declarar con un rotundo "no", en contra del deseo de su letrado.

La declaración del niño fue escueta. Solo llegó a decir que la madre le pegó alguna vez, pero fue incapaz de reconstruir lo sucedido en noviembre de 2018. "No lo recuerdo", repitió varias veces en la misma sesión en la que la perito del Principado aseguró que el niño es violento porque "es la manera en la que ha visto en casa resolver los problemas". La misma técnico acusó a la madre de querer presionar y condicionar al menor de cara al proceso.

La tesis de la perito enfureció a la madre. Ella considera que la conducta del menor "ha empeorado mucho" desde su ingreso en un centro de menores. "Sale, fuma y ha probado las drogas por las malas compañías", denunció la mujer antes del juicio.