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Santullano cierra el círculo en La Vega

El plan para resolver la entrada por la "Y" es una vuelta a la casilla de salida sobre las bases que ya había marcado el plan director del Prerrománico

Santullano cierra el círculo en La Vega

La solución estaba ahí. Donde Nanclares y Capitel la habían dibujado cuando les pidieron un plan para salvar el Prerrománico; donde al gobierno Central en 2008 le había parecido bien, aunque el Principado y el Ayuntamiento de Oviedo aún pensaban en losas y movimiento de tierra; donde la ciudad podría ganar además miles de metros para uso público; donde la Fundación Princesa de Asturias lleva cada año su fiesta de la cultura la semana previa a los Premios: en La Vega, en la antigua fábrica de armas, donde últimamente empiezan y terminan los sueños de futuro y progreso ovetenses. Ya puede retenerse la velocidad de los coches -no es lo mismo el tran-tran actual que los 120 por hora de antaño-, ya pueden pensarse lagos o soterramientos, que la forma de proteger Santullano del tráfico es, obviamente, sacándolo de allí.

Los arquitectos Daniel Villanueva y Alfredo Antuña rescatan ahora para la concejalía de Urbanismo e Infraestructuras, en manos de Ciudadanos, la idea de Nanclares y Capitel, aunque con matices. El fin es alejar los vehículos de Santullano. Los medios son pasar los coches a través de La Vega; y los detalles son lo que marcan la diferencia. Los autores del plan director del Prerrománico planteaban una rotonda a la altura del puente de Ángel Cañedo y desde allí, tiraban una calle que atravesaba toda La Vega y llegaba hasta el Campo de los Patos, convertido en distribuidor del tráfico rodado. Ahora, la idea es entrar en La Vega para alejarse del monumento, abrir una enorme zona verde ante él y regresar de nuevo a la rotonda de la Cruz Roja, repensada como una gran plaza. Por el viejo recinto fabril pasarían los coches a través de la nave de cañones, obra de Sánchez del Río. Prometen los autores no solo respeto por el patrimonio industrial sino potenciar la nave y el suelo de la antigua fábrica en lo que sería la idea fuerza de su plan, la intención de crear una nueva marca de ciudad.

Pero como el suelo es del Ministerio de Defensa y todo depende de llegar a un acuerdo para disponer de esos terrenos, el Ayuntamiento pretende antes afrontar la sutura de una brecha vigente ya desde 1976, cuando la construcción de la autopista que unía las tres grandes ciudades del Principado. Con aceras y una urbanización blanda en el sentido de salida, Guillén Lafuerza tendrá vía libre hacia lo que, al fin, dejará de ser autopista y pasará a tener aspecto de calle.

Después de muchas vueltas, la conclusión es que el éxito para la iglesia prerrománica pasa por La Vega. Y parece asumido también que las losas y soterramientos quedan descartados. Lejos se ve el anteproyecto de ordenación del entorno de Santullano, con una enorme losa que incluía una segunda fase con el tráfico bajo tierra ya hasta la altura de Rubín. El tripartito ideó Bosque y Valle, una solución verde que limitaba el tráfico pero no lo alejaba lo suficiente del monumento. No se las arreglaron los anteriores gobernantes para lanzar las obras y apareció la coalición PP-Cs para enmendarles la plana. Las ideas están sobre la mesa. Como suele pasar, el debate está abierto, son muchas las voluntades que suman para sacarlo adelante, aunque también quienes ponen todas las reservas sobre los anuncios de estos días. El reto, como ha sucedido hasta ahora sin que nadie haya podido superarlo, es pasar del dibujo a la realidad, del lápiz al pico y la pala. Del render al verdadero movimiento de tierra.

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