Santa Bárbara trabaja para presentar a Defensa a lo largo del mes que viene una oferta propia y al margen de concursos para tratar de hacerse con el contrato del nuevo blindado 8x8 para el Ejército español. Esta "oferta no solicitada" de la propietaria de la fábrica de armas de Trubia se ajustaría a lo previsto en el pliego de condiciones técnicas inicial. Además, también mantendría el techo de gasto previsto (2.083 millones de euros) y el número de vehículos de serie a construir (348 unidades).
La dirección de Santa Bárbara pretende dejar solucionada esta adjudicación antes de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado para este ejercicio y decaigan los de 2019, en los que se prevé ese gasto de 2.083 millones para los blindados "Dragón". En el sector armamentístico nacional no se tiene del todo claro que, habida cuenta de la composición del gobierno, con presencia de Podemos, y de las formaciones de las que depende su aprobación, las nuevas cuentas estatales mantengan las inversiones previstas en los nuevos 8x8 y otros programas de defensa. Además, de entrar el plan en el nuevo presupuesto, los trámites tendrían que iniciarse prácticamente de cero, con lo que el programa acumularía nuevos retrasos.
Los portavoces de Santa Bárbara consultados ayer por este diario se limitaron a indicar que la empresa trabaja para presentar "la mejor oferta" y "ganar el contrato".
La propietaria de la planta trubieca fue seleccionada el pasado mes de julio por Defensa como contratista principal del programa, ya que, a juicio del Ministerio, era la única compañía nacional con capacidad suficiente para abordar tal encargo con garantías. Además, aunque con retrasos, la filial de General Dynamics, se estaba encargando de la construcción de los cinco prototipos del nuevo vehículo para el Ejército de Tierra, cuya entrega está prevista ahora para el mes de mayo. Cuando parecía claro que Defensa y Santa Bárbara iban a firmar el contrato definitivo a finales de 2019, el Ministerio decidió en vísperas de la pasada Nochebuena declararlo desierto por causas "técnicas", "económicas" y "operativas".
En unas declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA el pasado 25 de enero, calcadas a las que incluye ahora en una contestación a interpelaciones de la diputada del PP Paloma Gázquez, los portavoces de Defensa no dejaron claro cómo se prevé reactivar el encargo de los 8x8. Se limitan a indicar que "entre las alternativas a estudiar se encuentra la de un contrato negociado y abierto a aquellas empresas del sector que cumplan con los requisitos establecidos en el pliego de prescripciones técnicas que se elaborará a tal efecto".
Los portavoces de Margarita Robles sí garantizan que el 8x8 contará con un plan industrial en el que se "asegure y preserve las capacidades industriales y tecnológicas nacionales fomentadas por este programa". La propietaria de la planta trubieca es, a día de hoy, la única compañía española que cuenta por sí sola con las competencias necesarias para hacer frente al encargo. Además, lidera la UTE que desde 2015 está trabajando en la fabricación de los prototipos del nuevo blindado.
Lo que Defensa no tiene previsto es ampliar el techo de gasto, establecido en 2.083 millones de euros para esa primera partida de 348 vehículos. Sí que reconocen sus portavoces que la dotación de blindados "sigue teniendo una prioridad alta", aunque en la actualidad "no es posible dar ningún plazo estimado".
La propia Margarita Robles reconocía hace escasas fechas que prefiere que Santa Bárbara se encargue de los 8x8, pero emplazó a la compañía a realizar una "reflexión seria" y a ajustarse a las prescripciones técnicas y económicas.
