Los cacos tienen en alerta a los alumnos del Centro de Formación Profesional de Cerdeño. Tres estudiantes de soldadura experimentaron el pasado enero cómo alguien les forzaba las taquillas y se llevaba todos los materiales comprados a principios de curso para realizar sus prácticas. Radiales, máscaras especiales, guantes y otras herramientas específicas se esfumaron generando la indignación de los matriculados. Uno de ellos, Jorge Álvarez-Borbolla, ha decidido denunciar los hechos en la Policía Nacional y critica públicamente que el centro carece de un seguro para cubrir los daños ocasionados por los delincuentes.

La dirección del centro asegura comprender el enfado de los estudiantes, pero dice que no puede hacer nada más que ayudarles prestando algo de material. "No disponemos de seguro para esos casos y entendemos que los afectados estén enfadados, pero poco podemos ayudarles", sostiene el director, Jorge Luis Saucedo.

La respuesta indigna a Álvarez-Borbolla. A sus 39 años, decidió matricularse en el ciclo formativo para completar su formación como mecánico. El estudiante dice que puede asumir la compra de nuevos equipos, pero quiere servir de altavoz para evitar una situación potencialmente muy perjudicial para los jóvenes alumnos del centro educativo del Espíritu Santo. "Si le pasa a un chaval con pocos recursos puede verse muy agraviado", relata.

El alumno es especialmente duro con la política de taquillas del centro. "No entiendo cómo te asignan una taquilla por la que tienes que pagar diez euros de fianza y no se responsabilizan de nada", se queja tras realizar varias gestiones para tratar de revertir la situación. "He presentado escritos en la consejería, pero dos semanas después sigo sin recibir respuesta alguna", lamenta.

Desde el centro tratan de quitar peso al asunto y piden comprensión. "Actualmente, hay 2.200 personas cursando tanto ciclos como otras formaciones y es muy difícil vigilar al carecer de guardias, pues los conserjes hacen lo que pueden", indica el director, tendiendo la mano para ayudar a las víctimas de los robos. "En la medida que podamos les prestaremos materiales y colaboraremos para dar con los responsables", añade Jorge Luis Saucedo.

Investigación

Agentes de la Policía Nacional se desplazaron hasta las instalaciones educativas para tomar huellas, pero, según los testigos, fue imposible obtener una información fiable. "Había huellas de un montón de personas y así es imposible pillarlos", explicaron.