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El arte clama por el desierto saharaui

Un total de 40 artistas asturianos ceden obra para construir un consultorio médico en los campos de refugiados de Tindouf

Un visitante ante las obras de Isabel Cuadrado.

Los campamentos de refugiados de Tindouf se asientan en la nada, en el paisaje lunar de la hamada argelina. Más de 150.000 personas sobreviven de la ayuda humanitaria, de la solidaridad internacional y de una fuerza de voluntad muy por encima de la media. Las construcciones de adobe conviven con las grandes jaimas en las que las familias se refugian de un calor sofocante que en verano puede superar los 50 grados centígrados. Pese a la desolación imperante, la comunidad saharaui, con las mujeres al frente, tiene en la salud y la educación sus principales preocupaciones. Saben que son dos de los puntales de toda sociedad y en ello invierten los pocos recursos que tienen.

Desde Asturias se intenta ayudar a asentar esos pilares. Lo hace estos días la asociación Médicos del Mundo que ha organizado una exposición en la plaza de Trascorrales de Oviedo en la que se vende obra de un total de 42 artistas asturianos. Los creadores han donado las piezas y con lo recaudado se invertirá en recursos sanitarios en el Sahara.

En realidad, prácticamente toda la exposición se puede leer en clave saharaui. Empezando por la instalación de Patricia Cayón, que ha enmarcado un fragmento de pared blanca de Trascorrales para representar la nada que queda tras una detonación nuclear el Atolón Bikini. La artista enlaza esa nada con las nuevas tecnologías, con el texto automático que aparece en algunas fotos en internet y que reza: "la imagen puede contener nube, cielo, océano, exterior, naturaleza". Puede... o no.

Lo más evidente es la fotografía de Pablo Basagoiti, "Saharaui 06". Un atardecer en los campos de refugiados, una construcción en ruinas, un cielo despejado que sugiere un día de intenso calor, el sol desapareciendo y un par de nubes que pueden anunciar una de esas terribles tormentas que arrasan periódicamente los campamentos.

Hasta los campos magnéticos de Herminio. Esas obras de precisión del artista de La Caridad, pueden trasladarnos a esos montones de chatarra que se acumulan en los campamentos. Coches despiezados, cercados para las famélicas cabras. Con esos alambres podría Herminio construir las dos pequeñas piezas de la exposición.

Las dos obras de Marta Fermín, "Conflicto", pueden enmarcarse en la batalla constante, a veces política y en muchas ocasiones a sangre y fuego, que los saharauis mantienen para recuperar su territorio, ocupado ilegalmente por Marruecos. Un territorio que tal vez es el que se ve desde las ventanas de Hugo O'Donnell. El artista ha donado tres piezas. Desde esas ventanas podría avistarse el mar que les ha sido robado a los saharauis, esas costas, las playas de Dahla, de las que los saharauis tuvieron que salir huyendo hace más de cuatro décadas.

El recorrido por Trascorrales es un recorrido por lo más destacado del arte asturiano de las últimas décadas, desde Fernando Alba y Elías Benavides a Eugenio Granell y Mónica Dixon pasando por Breza Cecchini o Faustino Ruiz de la Peña. Pero es también un recorrido por uno de los pueblos más duros del planeta, el pueblo saharaui.

Médicos del Mundo tiende la mano entre Asturias y el Sahara para recordar que el arte no abandona a los hermanos de la arena.

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