Los integrantes de la Asociación de Vecinos "San Juan", de La Corredoria, le exigen al Ayuntamiento que lleve a cabo una intervención urgente para frenar el deterioro que sufren los tres hórreos situados en el parque de La Cabornia, el espacio verde ubicado cerca de la estación de trenes que separa el barrio de la autopista que une Oviedo con Gijón (AS-1). "Los hórreos están destrozados y aquí nada hace nada para arreglarlos. Para nosotros son parte de nuestra historia y estamos muy orgullosos de ellos porque son un recuerdo de lo que era antes La Corredoria. Por eso exigimos que actúen cuanto antes", explica la presidenta del colectivo vecinal, Maite Orozco.
La asociación que encabeza Orozco insiste en que los hórreos del parque de La Cabornia forman parte del patrimonio del concejo y en particular de la historia del barrio. "En su momento se gastó mucho dinero para ponerlos en el sitio que ocupan actualmente y ahora se están dejando caer. A los vecinos que pasan a diario por delante de ellos se les cae el alma a los pies al ver el estado tan desastroso en el que se encuentran", dice la presidenta. "Uno de ellos sufrió un incendio este mismo verano y sigue igual que al día siguiente de quemarse. Normalmente hay normas estrictas para la conservación de este tipo de construcciones, pero parece que estas sean diferentes", añade Maite Orozco.
Los vecinos no sólo piden una intervención inmediata para intentar salvar los hórreos del parque de La Cabornia, quieren que el mantenimiento sea constante y que el Ayuntamiento los mime como se merecen. "Queremos que los arreglen y que todos los años se lleven a cabo labores de mantenimiento para preservarlos. Si no lo hacen cualquier día acabarán cayéndose y después vendrán las lamentaciones", denuncia la representante vecinal.
Por otro lado, los vecinos de la Asociación de Vecinos "San Juan" se han hecho eco de las quejas de los padres de alumnos del instituto de La Corredoria y piden que se instale una parada para los autobuses escolares que dan servicio a diario a los estudiantes del centro educativo. "Actualmente no existe un sitio específico para que puedan parar y tienen que hacerlo en doble fila, lo que supone un riesgo para los alumnos y también para los conductores. Este tipo de medidas no suponen nada de gasto y pueden ser fundamentales", sostiene Maite Orozco.
