La feria de Carnaval prevista para el próximo fin de semana en La Corredoria ha sido suspendida por el Ayuntamiento, fundamentalmente para evitar molestias en el entorno. La concejala de Festejos, Covadonga Díaz, explica que el municipio decidió no darle la licencia a la Sociedad de Feriantes de Asturias después de conocer que tanto la asociación de Hostelería y Turismo de Asturias (Otea) como los colectivos vecinales de La Corredoria estaban en contra de que se instalase los días 28 29 de febrero y 1 de marzo una carpa con una barra y orquestas.

No obstante, la fiesta de Carnaval de la parroquia seguirá su curso como siempre. El centro social acoge desde las cinco de la tarde del lunes el desfile y concurso de disfraces organizado por la Asociación Libre de Mujeres de la Corredoria, en colaboración con el Ayuntamiento y la asociación de vecinos San Juan. Y las barracas también estarán puestas hasta el domingo 1 de marzo, como ha venido siendo costumbre en los últimos años.

En una reunión celebrada esta semana, a la que asistieron representantes de las asociaciones y del Ayuntamiento de Oviedo, quedó claro que todas se oponían a la organización de la fiesta. La presidenta del colectivo de mujeres, Teresa Ruiz, dijo que "ya hay una fiesta en el pueblo, San Juan, que es bastante".

Y respecto a la feria, sostuvo que "es distinto lo que se hace en la plaza del Conceyín (donde estaba previsto hacer la feria) a lo que se hace en el centro social; es una fiesta más, un negocio privado, ya no es ni Carnaval; la fiesta del centro social lleva haciéndose desde hace 29 años y seguirá".

Por su parte, el secretario de la Asociación de Feriantes de Asturias, Javier Rodríguez, asegura que el colectivo decidió continuar con una feria "que se llevaba celebrando cuatro años; pensamos que no había ningún problema, porque era el mismo permiso de todos los años, pero la cosa se complicó". En cualquier caso, afirma que, al ser una fiesta de invierno, "nunca se prolongaba hasta muy tarde, sino que duraba "como máximo hasta la una y media", y "solo durante tres días".

Al conocer por la concejala de Festejos, Covadonga Díaz, que no tendrían el permiso para la carpa y la barra, pidieron que, al menos, se mantuvieran las barracas, que fueron aceptadas. Pero con restricción de horario. La música ningún día sonará más allá de las nueve y media de la noche.

Por su parte, la edil dijo que no podía "autorizar una orquesta con un DJ el día 1 cuando el día siguiente es laborable y afecta al descanso de los vecinos". Técnicamente, había que aprobar la autorización para los tres días o rechazarla al completo, y decidieron no aprobarla. "Nosotros defendemos las fiesta populares, de los barrios, pero esto no es una fiesta popular", aseguró Covadonga Díaz.

En cuanto al rechazo de los hosteleros a la fiesta, el presidente de la junta local de Otea, David González Codón, señaló que su asociación está "en contra de que, en suelo público, se ponga nadie a financiar una fiesta con negocios de hostelería". A su juicio, cuando se montan estos tipos de barras o negocios públicos "lo que hay que hacer es contar con la gente del barrio", que son los que están todo el año trabajando. Y además "ni siquiera nos parecía una fiesta de Carnaval sino una excusa para montar una fiesta".

Los hosteleros no tienen "ningún problema con que haya fiestas populares", pero tienen que hacerlas los vecinos, y este otro tipo un grave perjuicio y una "competencia desleal" para los hosteleros de la zona.