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Alfredo Sanzol: " 'El barberillo' deja una marca en el corazón del público"

El dramaturgo se encargará de la dirección escénica de la obra de Barbieri, que inaugura el jueves la temporada de teatro lírico español

El dramaturgo Alfredo Sanzol, en el teatro Campoamor. FERNANDO RODRÍGUEZ

El teatro Campoamor acoge el próximo jueves, día 27 de febrero, la inauguración de la nueva temporada de teatro lírico español de Oviedo con la obra "El barberillo de Lavapiés", de Barbieri. Será a las ocho de la tarde, y la dirección de escena correrá a cargo del director del Centro Dramático Nacional, Alfredo Sanzol. La segunda y última función de esta obra será el sábado 29 y las localidades para ambas están próximas a agotarse.

Para Sanzol, esta es una zarzuela grande, "que se puede considerar un clásico ya en nuestra historia musical". Transcurre en mitad del siglo XVIII, y en ella las historias de nobles aristócratas y villanos se combinan con un trasfondo político "que aún hoy día es actual".

Sanzol propone una visión de "El barberillo" que parte de la concepción de la obra del autor. "Intento trasladar al público la esencia de la historia y el estilo del libreto sin que se note mi trabajo", señala. El director de escena y dramaturgo insiste en diferenciar las competencias de ambos perfiles: "Para que se note mi trabajo como autor están mis textos y cuando me pongo al servicio del texto de otro, pongo todo mi talento para que llegue de la forma más directa y potente al público de ahora; un intermediario al que le gusta ser invisible".

No le faltan palabras para alabar el papel tan importante que la escenografía juega en esta producción de "El barberillo", que califica de "ágil y cinematográfica, como lo es la propia acción de esta zarzuela, llena de diferentes espacios, en la que hay una férrea voluntad de innovación". Lo que le más le preocupa es "contar la historia que está escrita, no me preocupa dejar una marca propia".

Cuando el teatro de la Zarzuela de Madrid, donde se estrenó el pasado 2019 este "Barberillo", encargó a Sanzol la dirección de una nueva producción, se generó una enorme expectación. "Calixto Bieito había firmado la última producción que se había podido ver allí, y eso siempre impone mucho", asegura Sanzol.

"Este espectáculo deja una marca en el corazón del público", explica el director de escena. El contraste entre lugares muy diferentes que se alternan en la escena de "El barberillo" es lo que más llamó la atención de todo el equipo artístico. La buhardilla, los callejones oscuros, las puertas que abren y cierran y las grandes plazas fueron los condicionantes principales a la hora de diseñar la escenografía. "Quisimos recrear todos esos espacios, y lo hemos hecho a través de un conjunto de módulos gigantes que se desplazan continuamente por la escena, que permiten a los personajes interactuar con ellos", explica.

Todos los decorados "son de color negro, precisamente para resaltar todo el colorido del vestuario a través de la iluminación". El vestuario es una actualización de la indumentaria del siglo XVIII, "lleno de texturas y colores vivos", explica Sanzol. "Lo que ha hecho Alejandro Andújar, el responsable del vestuario, ha sido utilizar todas las referencias pictóricas del siglo XVIII y aplicarlas a los vestidos, pero manteniendo un sello actual; haciendo que parezca de la época, pero al mismo tiempo con toda la fuerza y plasticidad actual".

En el terreno de la zarzuela es imprescindible para Sanzol "sacarle partido a todas las historias buenas que tiene y a la música, y darles la forma de lo que nos gusta hoy en día". El director escénico contradice las voces que cuestionan la viabilidad de este género lírico. "El problema no está en el repertorio, sino en la manera en la que a veces se hace; los montajes de cartón piedra nos asustan a la hora de ir al teatro". Tampoco le convence "la modernización de la zarzuela con nuevas propuestas escénicas por el mero hecho de modernizarlas. Creo que esas nuevas propuestas deben venir de las propias obras y no impuestas simplemente con la excusa de modernizar el repertorio porque entonces no encajan".

No en vano, cuando este "Barberillo" se estrenó en Madrid, las opiniones fueron unánimes. "Creo que conectó inmediatamente con el público, tanto aquel que es más entendido y tiene más experiencia, como con aquel que aparece por la zarzuela de vez en cuando".

Para Sanzol, que trabaja con distintos tipos de público, tanto lírico como dramático, reconoce que "la zarzuela tiene un público muy fiel y muy entendido, al que le gusta mucho el género, y es cierto que hay otros espectáculos de artes escénicas con un público que va más de un teatro a otro".

En la actualidad el dramaturgo y director está trabajando sobre una nueva obra propia, ambientada en los años 60 que se estrenará la próxima temporada en el Centro Dramático Nacional y será su primera obra para la institución. Sanzol opina que estamos "en el mejor momento del teatro desde los años 30 del pasado siglo". Lo reconoce Sanzol sin tapujos, cuando se le pregunta por la actual situación que atraviesa el teatro en nuestro país: "Estamos viviendo un momento de escritura dramática impresionante, con autores y autoras que están escribiendo con muchísima calidad. Pero también a nivel actoral se puede ver la calidad de nuestro teatro", asegura.

No cree que la popularización de las plataformas digitales de entretenimiento a la carta afecten en absoluto a los espectáculos culturales en vivo. "Es más, ahora se convierten en una vía de escape de lo que es lo habitual en el día a día". Además, es muy claro a la hora de reclamar la entrada en vigor de la Ley de Mecenazgo: "Es importante que se apruebe cuanto antes porque va a venir muy bien. Desconozco la razón por la que aún no está vigente", afirma. "Va a suponer un paso importante y de gran ayuda para todo el sector cultural, pero el hecho de dar entrada a capital privado no quiere decir que por este motivo el Estado deba desentenderse de la cultura", advierte.

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