El Carnaval es mucho más que un disfraz. Es una fiesta callejera que además de la caracterización incluye muchas más cosas para lograr el objetivo, que no es otro que la diversión. Hay música, hay baile y hay teatro. Lo hubo ayer durante todo el desfile que recorrió las calles de Oviedo desde las cinco de la tarde y que culminó pasadas las ocho en la plaza de la Catedral con todo el recorrido abarrotado de público.

Los protagonistas de que la fiesta de Carnaval en Oviedo, celebrada una semana después que en otras ciudades, tenga cada año más tirón son en gran medida los centros sociales del municipio. Desde hace varios meses son cientos de personas de los barrios de la ciudad los que trabajan para presentar unos disfraces corales que cada año son más ingeniosos y que llaman la atención del público. Sin ellos, el Carnaval ovetense perdería buena parte de su magia. En su mayoría son personas mayores pero su enorme sentido del humor logra animar a los jóvenes para sumarse a una fiesta en la que ayer participaron miles de personas. Solo en el desfile había más de 1.500 participantes y en las aceras el público se congregó por millares.

La comitiva partió a las cinco de la tarde de la Losa con la banda municipal de música abriendo paso. En esos primeros momentos la calle Uría aún no estaba muy concurrida pero en apenas media hora ya estaba llena de público. Lo mismo ocurrió en la plaza de la Catedral. El recorrido fue rápido, tanto que a las cinco y media los primeros participantes en el concurso ya estaban subiendo al escenario de la plaza de la Catedral. "Hoy hace un día estupendo en Oviedo, no llueve", decía Fernandisco mientras estaban en el escenario los miembros del centro social de Las Campas, disfrazados para la ocasión de carnavalada tradicional bajo el nombre de "Les Comedies". La tarde no era demasiado apacible, pero la lluvia no lo estropeó más de la cuenta, así que poco a poco en la Catedral se congregó tanto público que llegó un momento que aquello parecía un día grande de San Mateo, con miles de personas que llegaban hasta la calle de la Rúa.

Fernandisco, encargado de ir presentando a cada uno de los participantes en el desfile, estaba "sorprendido" de "la calidad de los disfraces y la felicidad que transmite la gente". Felicidad y cariño es lo que recibieron los ganadores del concurso en la categoría de parejas. Bajo el nombre de "Odisea interestelar", estos gijoneses, una anciana en silla de ruedas y su hijo, recibieron aplausos durante todo el recorrido en una mezcla de reconocimiento por el enorme trabajo realizado para confeccionar el disfraz.

Quienes no podían faltar a la cita son los tapiegos del grupo "Os mesmos de sempre". Venían de ganar en los concursos de Avilés, Gijón, Coruña, Vegadeo y su villa natal. En Oviedo también lo hicieron. Su disfraz "Fiesta en el infierno" se llevó los 1.200 euros del primer premio, dinero que según anunciaron donarán, al igual que el resto de los premios, al Instituto de Oncología de Oviedo. El grupo estaba formado por 63 personas. "Llevamos currando desde septiembre, todos los días después de trabajar y los fines de semana", explicaba uno de los componentes. Una fiesta infernal que recorrió las calles de Oviedo a pie, en moto y en carroza, un enorme montaje que provocó admiración entre el público. El primer premio en el concurso individual, con una dotación de 350 euros, fue para "Transformer", un coche "Camaro" que se convertía en hombre o un hombre que se convertía en coche. En la categoría de centros sociales se impuso la propuesta de los vecinos del Cristo, "Fomentando la natalidad". Mujeres embarazadas, bebés y hasta cigüeñas para llenar esa "España vaciada" que representaron los miembros del centro social de Otero.

El segundo premio de la categoría de grupos también viajó fuera de Oviedo, en este caso hasta Cangas de Onís, con el grupo "Asturianos en el mundo", emulando un programa de televisión en el que se visitaba Holanda. El público aplaudió el montaje, con molino, bar y puesto de tulipanes incluidos, y en especial la habilidad de los integrantes del grupo para bailar con zuecos de madera.

Otro disfraz de los que más llamaron la atención fue el de la pareja clasificada en segundo lugar de su categoría, "Yo soy la reina del Carnaval". "Maléfica" llegó ayer a Oviedo después de meses de trabajo con goma eva, según explicó la portadora del traje.

Hubo de todo, pero por encima de los disfraces hubo ingenio y mucha diversión.