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Guitarra de jazz para acunar a una nieta

El asturiano Alfredo Morán hace de su nueva condición de abuelo un disco de dulce exploración musical, "El sueño de Clara"

Alfredo Morán, con el disco "El sueño de Clara". IRMA COLLÍN

En la UCI pediátrica de Zaragoza suena jazz asturiano. Toda una generación de recién nacidos maños tuvo, junto a los cuidados sanitarios habituales, un mimo añadido en forma de hilo musical particular, delicado y recurrente. "El sueño de Clara", una nana arropada con guitarra de jazz, cadencias de fusión exquisita, sonaba allí día y noche hace unos diez meses, cuando la nieta del música asturiano Alfredo Morán nació, prematura extrema, a los seis meses y el abuelo tuvo que terminar de componer y grabar aquella composición con la que quería acunarla desde el primer día.

Hoy, con Clara ya fuera de peligro, aquella nana y otras ocho composiciones vinculadas a la aventura de ser abuelo forman parte del nuevo disco que Alfredo Morán dedica a su nieta. Y no es una dedicatoria sencilla. No una frase o la composición que también da título a todo el álbum. Alfredo Morán, que admite que esto de ser güelu es un poco "como ser padre a lo tonto", empezó ya a babear y a componer en cuanto su hijo Daniel, también músico, le contó que Clara estaba en camino.

Con el anuncio apareció la primera composición, "Esperándote", y la idea firme de que toda esa nueva condición de abuelo podría convertirse en un disco donde mezclar jazz, música clásica y melodías populares, un trabajo de experimentación suave, marcado por la caricia y el gusto extremo.

En realidad, y para redondear el proyecto, Morán rescató la composición que ya había dedicado a su hijo y su nuera para la boda, el vals "Sí, quiero", que abre el disco. El resto del álbum sigue las peripecias de la llegada de Clara, con canciones como la dedicada a la primera ecografía ("Ya te vi"), en la que Alfredo Morán se atreve, por primera vez en toda su carrera, a cantar unas notas en el estribillo.

Tras el susto del nacimiento prematuro, que llevó a Morán a concluir rápidamente la nana y hacer guardias en la UCI de Zaragoza, sigue el resto del disco celebrando a la niña: "Mañana, Clara de Abril" o "Sencillamente Clara" y se despide con un apunte de lo que el guitarrista ya tiene en mente para su próximo trabajo.

Con portada de Vicente Pastor, y grabado por Fernando Malva (también en pianos y percusiones), el disco se completa con la voz Elena Pérez-Herrero, el contrabajo de Daniel Morán y Alejandro San Pelayo y la batería de Manu Molina. En la parte clásica completan los créditos Elisa Martínez (violín), Ross Gala (viola), David López (fliscorno) y John Falcone (fagot).

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