El Ayuntamiento de Oviedo trata de dar forma a un nuevo modelo para revitalizar de forma integral el casco viejo y ha encontrado en las peatonalizaciones uno de los apoyos para iniciar ese cambio de cara de la zona del Antiguo. Por el momento, diversos servicios municipales están estudiando la posibilidad de cerrar al tráfico constante de vehículos el tramo entre Argüelles y Fruela.
En los planes del área de Urbanismo que gestiona el teniente de Alcalde, Nacho Cuesta, está extender la peatonalización entre Mendizábal y Los Pozos, a lo largo de la Plaza de Riego, un itinerario que ha quedado "aislado" dentro de las peatonalizaciones del Antiguo que sí incluyeron en su día la calle San Francisco.
Aunque todavía se trata de un estudio, Urbanismo confía en poder extender estas peatonalizaciones sin mayores problemas, salvados los problemas que pudieran derivarse de los flujos de carga y descarga que requiere el mercado del Fontán.
Aunque el equipo de Gobierno no habla todavía de más peatonalizaciones (para la de la calle Paraíso distintas fuentes del gobierno municipal quieren esperar a los trabajos que se pudieran desarrollar en el entorno fabril cuando se active su plan especial), Urbanismo tiene entre sus planes desarrollar un plan integral para el Antiguo que incluya las propuestas ya avanzadas sobre el apoyo al comercio y del turismo pero que vaya más allá.
En el área no saben todavía si se tratará de un nuevo plan especial, toda vez que el último diseño urbanístico, de Francisco Pol, se aplicó solo parcialmente, o si se buscará otro tipo de abordajes a los problemas de la zona vieja.
De momento, el equipo de Gobierno está analizando distintos modelos de centros históricos en España en los que se ha logrado dar la vuelta a la situación, pasando de zonas degradadas a barrios atractivos, limpios, que han logrado fijar residencia y comercio. Uno de estos referentes es la ciudad de Vitoria, que, curiosamente, ya había sido citada como ejemplo por el anterior concejal de Urbanismo, aunque en aquel caso, más que el modelo del centro histórico, se trataba de inspirarse en las soluciones de movilidad de la capital vasca. Pontevedra es otra de las ciudades que cita el concejal Nacho Cuesta. No en vano, la capital gallega fue una de las primeras en inspirarse en Oviedo para extender las peatonalizaciones al casco viejo, con la diferencia de que allí se siguió aumentando la zona de restricciones al tráfico por todo el centro de la ciudad.
