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La unidad contra el tabaco echa humo

El único servicio especializado en la lucha contra la nicotina en Oviedo acumula - ya una lista de espera de seis meses

Raquel García y José Manuel Iglesias, responsables de la unidad contra el tabaco de Ventanielles.

Los buenos propósitos de principios de año y la reciente decisión del Gobierno de financiar los medicamentos para dejar de fumar han provocado una avalancha de peticiones de consulta en la unidad especializada de tabaquismo del Área Sanitaria IV, que está ubicada en el centro de salud de Ventanielles y es la única que hay en Oviedo en atención primaria. La lista de pacientes que buscan ayuda para de desengancharse de la nicotina es tan amplia que los responsables del programa están dando citas para el mes de agosto, es decir, con seis meses de espera. Y eso ya es una traba para aquellos que han decidido dar el paso. "Una de las claves para conseguir el éxito es que el paciente esté dispuesto y convencido de que quiere dejar de fumar, por eso hay que aprovechar el momento. Si esperamos cuatro meses puede arrepentirse", explica Raquel García, la enfermera que trabaja codo con codo con el doctor José Manuel Iglesias en la unidad especializada de Ventanielles.

Los médicos de cualquier centro de salud del municipio están capacitados para orientar al paciente en su lucha contra el tabaco, pero muchos fumadores necesitan una atención más personalizada para afrontar el reto, y por eso buscan ayuda en la unidad especializada de Ventanielles, que atesora un índice de éxito que supera el cuarenta por ciento. "Cada día recibimos a gente nueva y nosotros estamos encantados, pero se llega hasta donde se llega. Lo ideal sería que se reforzasen este tipo de servicios y crear más unidades porque el apoyo profesional da resultados y en algunos casos es fundamental", señala García.

La financiación del Champix y del Zyntabac -los nombres comerciales de los medicamentos para dejar de fumar que se dispensan en España- comenzó a funcionar en Asturias en el mes de febrero. Hasta entonces esos fármacos tenían un precio elevado y las subvenciones han provocado ahora que muchos fumadores se animen a dar el paso. No obstante, pese a ser una creencia muy extendida, acudir al médico para abandonar el hábito no significa que el paciente vaya a salir con las pastillas. "Mucha gente llega pidiéndolas, pero están mal informados porque la cosa no es así de fácil. Cada paciente es diferente y aquí se trata a cada persona de forma personalizada. Puede haber gente a la que le sirvan las terapias sustitutivas, como los chicles o los comprimidos de nicotina, los parches o el spray sublingual, entre otras cosas", afirma García.

Los fármacos suelen tomarse durante tres meses y sirven sobre todo para luchar contra el síndrome de abstinencia que provoca abandonar la nicotina. Pero el éxito de la unidad de Ventanielles radica en las terapias y en el seguimiento prolongado de cada paciente. El primer día se hace un estudio exhaustivo de cada caso y durante las primeras semanas se atiende a las personas en la consulta de forma presencial. Una vez que lo haya dejado, el paciente tiene que seguir acudiendo a Ventanielles: Una vez al cumplirse un mes de haber tirado el último cigarrillo, otra a los seis meses y una última cuando se cumpla un año sin fumar. A lo largo de todo ese periodo, los profesionales de la unidad antitabaco también realizan seguimientos vía telefónica.

El doctor José Manuel Iglesias y la enfermera Raquel García, a pesar de las circunstancias, siguen haciendo esfuerzos titánicos para poder ayudar a cuantas personas les sea posible.

"Actualmente estamos trabajando con unas 150 personas y cada día son más las que quieren apuntarse. Tenemos una cuenta de Instagram, formamos a otros compañeros médicos... Estamos a tope, pero esta labor nos parece muy importante y es muy satisfactorio ayudar a quienes lo necesitan", subraya la enfermera Raquel García.

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