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Sin final feliz para la perrita "Skelly"

Aurore Rusznyak, la francesa que perdió a su mascota en la Senda Verde, vuelve a su país al hallar el cadáver del animal tras 4 meses de búsqueda

Aurore Rusznyak, con su perrita "Skelly".

La joven francesa Aurore Rusznyak ha dejado parte de su corazón en Oviedo. Operarios de mantenimiento de Feve encontraron el cadáver de su mascota, la perrita "Skelly", a finales del mes pasado dentro de un túnel ferroviario del entorno de La Manjoya, muy cerca del lugar donde el animal desapareció el 10 de octubre. Durante todo ese tiempo, Aurore permaneció en el municipio. Primero durmió en su furgoneta, luego se quedó en casa de una de las muchas personas que le tendieron la mano y después alquiló una habitación en la ciudad. Interrumpió sus vacaciones y dejó en el aire su trabajo de camarera con el único objetivo de encontrar a "Skelly": "No me voy a ir sin ella. Es parte de mi familia", explicó entonces a LA NUEVA ESPAÑA en un correcto y recién aprendido español. Ahora, ya sin su perrita, Aurore acaba de regresar a Francia desconsolada.

A falta de testigos y ante el mal estado de los restos, la hipótesis más plausible es que un tren golpeara o atropellara a la perra. Según Bárbara Melón, que vive en la parroquia de Latores y le abrió las puertas de su casa a Aurore los primeros días de la desaparición para comer y asearse, los operarios de mantenimiento que hallaron el cadáver contactaron casi de inmediato con la dueña gracias a los datos del collar del animal: "Fue decisivo que la cadena roja estuviera allí. La perrita ya se ha enterrado en Asturias y Aurore ha regresado a Francia. Está bastante deprimida y con pocas ganas de hablar".

La joven francesa perdió a "Skelly" en la Senda Verde cuando acababa de estacionar la furgoneta cerca de Latores para hacer un alto en el camino en su viaje a Portugal. Fue un visto y no visto. El animal, una perra mestiza de color marrón oscuro, tamaño mediano, collar rojo y microchip, pareció esfumarse de repente en cuanto abrió la puerta del vehículo.

Aurore, de 30 años, no tenía pensado quedarse más de un día en la capital asturiana. Su intención era parar en diferentes localidades cada día hasta llegar al país luso para descansar una temporada y aprender portugués. Suele hacer viajes largos, de varias semanas e incluso meses, tras ahorrar dinero el resto del año trabajando de camarera y artesana en Francia. "Skelly" la acompañaba desde hace doce años. De hecho, ambas recorrieron medio mundo en la furgoneta. Uno de sus últimos viajes fue a Colombia. "Skelly", acostumbrada a cambiar de casa, nunca antes del pasado 10 de octubre se había escapado. "Es un animal dócil y cariñoso que obedece las órdenes a la primera y siempre vuelve", comentó su dueña por teléfono en mitad de una búsqueda a pie por la Senda Verde.

La chica durmió en la furgoneta aparcando aquí y allá mientras repartía fotografías de su mascota y un número de teléfono de contacto. Incluso una amiga de Aurore viajó desde Francia a Asturias unos días con la esperanza de encontrar a la perrita, pero no fue posible y tuvo que volver a casa para incorporarse a su puesto de trabajo. La dueña del animal recibió varias pistas sin éxito. Por ejemplo, la de un vecino convencido de haber visto a "Skelly" en Soto de Ribera.

La difusión en LA NUEVA ESPAÑA, redes sociales y la vía pública de Oviedo y localidades limítrofes por medio de carteles y fotografías mantuvo alerta a buena parte de la población, especialmente a la más sensibilizada con los animales. Además, la Fundación Protectora de Animales de Asturias o el Albergue de Animales de Oviedo colaboró en la búsqueda.

De los cuatro meses que la joven francesa estuvo en Oviedo, se lleva, al menos, amistades para toda la vida como la de Bárbara Melón. Las dos mantienen el contacto pese al trágico final de la historia y la distancia geográfica.

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