La Fiscalía del Principado de Asturias solicita la condena del dueño de una cadena de joyerías -con cuatro establecimientos en Oviedo y uno en Avilés- y a dos de sus empleados por vender piezas falsas de la marca Versace en sus negocios. El ministerio público considera que los acusados cometieron un delito contra la propiedad industrial y pide para cada uno de ellos un año y medio de prisión. La vista oral está señalada para hoy, a las nueve y media de la mañana, en el Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo.

El fiscal sostiene en su escrito de acusación que uno de los procesados es socio de otra persona y administrador único de una cadena de establecimientos con el mismo nombre situados en las calles Uría, Nueve de Mayo, Marcos Peña Royo y Avenida del Mar. La empresa también tiene una joyería en Avilés. Según el ministerio público, el jefe de los negocios, "con propósito de obtener un beneficio económico propio en perjuicio de los titulares de la marca registrada", comercializó en sus distintos establecimientos piezas de joyería, fundamentalmente pendientes, anillos, pulseras y colgantes, con los signos figurativos distintivos de la firma Versace.

El día 14 de mayo de 2016 los agentes de la Policía Nacional realizaron un registro simultáneo en las tiendas que dio como resultado la localización de numerosas piezas de joyería dispuestas para su comercialización, la mayor parte con los aparentes signos distintivos característicos de Versace. En concreto, se localizaron entre todas las tiendas sesenta piezas. Estas habían sido adquiridas de un proveedor italiano al margen del canal habitual utilizado por la marca genuina.

Los dos empleados, siempre según el fiscal, colaboraban con el jefe a la hora de comercializar de las piezas de joyería "con pleno conocimiento de su inautenticidad". El primero era la persona de contacto con el proveedor de los productos y quien hacía los pedidos El segundo acusado fijaba el precio de venta al público. Ambos se encargaban de distribuirlos en las distintas tiendas, todo ello de acuerdo con su jefe.

El margen de beneficio medio que obtiene el titular de registro de la marca con la comercialización de los artículos es de un 30 por ciento. De acuerdo con estos criterios, el titular estima el perjuicio derivado de los efectos intervenidos, al desconocerse el de las ventas realizadas, en 15.435 euros.