La gran incógnita que queda por despejar en la crisis de Explosivos Alaveses (Expal) es el futuro de su nave en Trubia una vez confirmado el final de la actividad y el ERE para toda la plantilla. La pretensión inicial de la empresa, según comunicó en primera instancia a los responsables sindicales, pasaría por mantener la concesión de la instalación, firmada por diez años con el Ministerio de Defensa, si bien este aspecto no llegó a ser confirmado oficialmente por la compañía en el transcurso de la negociación sobre el expediente de regulación de empleo. La realidad es que así fuese, podría indicar la voluntad de dejar abierta la opción de retomar la producción en el futuro, si se modificaran las circunstancias de mercado que ahora dificultan la consecución de nuevos pedidos. Para ello se antoja imprescindible que se apruebe el nuevo reglamento de exportación de armamento.