La fábrica de Explosivos Alaveses (Expal) de Trubia sigue en actividad pese a la crisis del Coronavirus y al ERE que supondrá la extinción de los contratos de los 52 empleados que componían la plantilla y que se hará efectiva el próximo día 30. "Seguimos", asegura el presidente del comité de empresa, Javier Rodríguez, sobre la situación de una planta que, a su juicio y el de sus compañeros, tiene futuro y "podría resultar rentable si la propiedad no hubiera usado la caída de las exportaciones de munición y armamento de excusa para justificar el cierre".

Sin embargo, Expal, una filial de la multinacional Maxam, la antigua Unión Española de Explosivos, se ha mostrado inflexible desde que anunció su decisión de dejar de producir en Trubia. Ya ha hecho efectivo el despido de 22 operarios y esta semana tiene previsto hacer lo propio con otros 14. Así cesará toda actividad en una fábrica que lleva un lustro en servicio y que se venía dedicando a la producción de los componentes metálicos (vaina y proyectil propiamente dicho) de proyectiles de gran calibre (de mortero en adelante), que luego se montan en la planta de Páramo de Masa (Burgos).

El acuerdo firmado por los trabajadores con la empresa tras varias semanas de negociaciones en las que la compañía desoyó las peticiones del gobierno regional y del Ayuntamiento de Oviedo para descartar medidas traumáticas quedó en 33 días por año trabajado, más un incentivo que va en función de la antigüedad. Además, se recogen veinte recolocaciones en la planta de Burgos en la que se montan los productos de Trubia. Se trata de traslados voluntarios y con contratos temporales de seis meses más 500 euros de traslado. También se crea una bolsa de empleo por si reabre la planta en el futuro, algo que la plantilla considera muy complicado, y se estableció que los dos empleados de más de 55 años de edad accedan a la prejubilación.

Búsqueda

Una vez confirmados los primeros despidos, los trabajadores de Expal se han puesto a buscar empleos alternativos durante las últimas semanas y reconocen que no es algo sencillo. Las vistas de muchos de ellos están puestas en la fábrica de armas de Trubia y en el contrato del nuevo 8x8 para el Ejército de Tierra. En todo caso, Javier Rodríguez asegura que no hay acuerdo alguno para la absorción de los despedidos de Expal y que se limitarán a presentar el curriculum en Santa Bárbara si así lo consideran.

El contrato del 8x8, para el que Santa Bárbara es clara favorita, supondría un revulsivo enorme para el empleo en Oviedo, una vez confirmado el cierre de Expal.

Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, la previsión de Santa Bárbara pasa por que de lograr el encargo, algo que parece muy factible si no se tuercen las negociaciones con el Ministerio de Defensa, se generarían 375 puestos de trabajo en la fábrica de Trubia de aquí a 2023. La compañía espera que su plantilla en la planta trubieca llegue a 938 operarios dentro de tres años.