El centenario palacete de Colloto que albergó hasta 1950 el sanatorio mental Santa Rita está a la venta por 1.250.00 euros. Los propietarios, descendientes del fundador del centro, lo sacaron al mercado a finales de 2019 y siguen esperando comprador. Se trata de un edificio de arquitectura indiana ubicado en el Camino Real y que en sus inicios estuvo dirigido por Sixto Álvarez Armán y Laureano Sánchez Valdés.

Según los carteles y publicidad de finales de los años veinte del siglo pasado, allí se trataban "enfermedades nerviosas, mentales, alcoholismo, etc". Y los folletos también matizan que los profesionales aplicaban curas de reposo, psicoterapia, electroterapia e hidroterapia, y que disponían de salón de lectura, música, cine capilla y jardines para entretenimiento de los enfermos. Ante su éxito entre la población ovetense y asturiana, sufrió numerosas ampliaciones y obras de mejora hasta que cerró en 1950.

El palacete fue ocupado durante la Guerra Civil por las tropas republicanas y su capilla fue reconocida como templo público. Allí fueron a misa los vecinos de Colloto, y se celebraron cultos, bodas, bautizos y comuniones.

El arquitecto municipal de aquella época era Juan Miguel de la Guardia, autor de importantes y característicos inmuebles de Oviedo como el kiosco de música del paseo del Bombé o el chalé "Villa Magdalena". El antiguo sanatorio Santa Rita guarda un enorme parecido con el de La Lila, atribuido también -aunque no oficialmente- a De la Guardia, y hoy convertido en un cibercentro. Sin embargo, Santa Rita es de mayor tamaño.

Uno de los pabellones del palacete, conocido como pabellón Villa Pilar y que aún permanece en pie, llegó a tener veinticuatro habitaciones independientes con ventanales. El inmueble está contruido en una finca de 2.640 metros cuadrados en la que hubo varios elementos arquitectónicos que fueron desapareciendo con el paso de los años. Así, destacaba un garaje y un gran lavadero-tendedero cubierto, situado por detrás de un pozo que todavía existe.

En el jardín hay árboles centenarios -plantados durante la inauguración del sanatorio- como higueras, castaños y una palmera. De hecho, los propietarios de las casas de indianos tenían la costumbre de plantar un magnolio y una palmera en recuerdo al continente americano en el hicieron prósperos negocios. Pues bien, aquella palmera ha resistido el paso del tiempo en el jardín posterior. Actualmente, entre las diferentes edificaciones, la propiedad dispone de doce habitaciones, cuatro baños, dos salones, dos comedores, dos cocinas, varias terrazas y galerías, numerosos cuartos y un garaje con capacidad para varios vehículos.