La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La "teleadopción" animal se abre paso

El albergue de La Bolgachina pide a los futuros dueños de mascotas que se graben un vídeo casero para organizar un proceso de selección

Eva Rodríguez, responsable del albergue de animales, ayer, con un hurón, en las instalaciones de La Bolgachina. LNE

"Hola, soy Carmen. Esta es mi casa. Tiene tres habitaciones y dos baños. Una sería para el perro. Vivo sola y siempre he querido una mascota. Trabajo de ocho a tres y podría cuidar de él sin problemas. Tengo enfrente un parque". Este es el contenido de uno de los vídeos que el Albergue Municipal de Animales, en La Bolgachina, ha recibido en los últimos días. Es de una posible adoptante que, ante la imposibilidad de ir a la instalación debido al estado de alarma por coronavirus, debe enseñar su casa y contar sus motivaciones en una grabación casera. Después, el personal del albergue lo verá y decidirá si es o no una buena candidata. A la responsable de la instalación y coordinadora de adopciones del albergue, Eva Rodríguez, no le ha quedado más remedio que poner en marcha esta medida para buscar un hogar a los animales, la mayoría, perros y gatos (180 animales).

"Las adopciones están paradísimas desde el confinamiento de la población. El albergue está cerrado al público y cualquier gestión se hace telemáticamente, pero tenemos que seguir dando salida a los animales. Les pedimos a los candidatos que nos manden un vídeo y a la vez nosotros hacemos lo mismo para mostrarles las mascotas. Si ambas partes estamos de acuerdo, un compañero se encarga de transportar el animal cumpliendo con todos los protocolos sanitarios y de seguridad", explica Rodríguez.

La plantilla del albergue -entre cuidadores y veterinarios- se ha tenido que adaptar a la excepcional situación por COVID-19. Una persona permanece por semana "en reserva" en su domicilio por si alguno de sus compañeros fuese diagnosticado positivo en coronavirus. Además, limpian diariamente a conciencia todos los útiles de trabajo con agua y lejía diluida.

Las medidas sanitarias extraordinarias evitan el contagio entre las personas, en este caso, entre los trabajadores del albergue, La coordinadora de adopciones subraya que los animales no propagan el nuevo virus. "Ellos son inmunes a esa enfermedad. Lo que sí padecen desde siempre es otro tipo de coronavirus; el canino. Muy parecido al parvovirrus canino".

El coronavirus de perros (completamente diferente al (COVID-19) es una enfermedad viral intestinal, infecciosa y de curso agudo que afecta a canes de todas las edades, pero principalmente a los cachorros. Produce diarreas y un deterioro general del animal.

Un hurón extraviado

Dentro de lo posible, el albergue municipal continúa con su actividad. Por ejemplo, la recogida de animales abandonados o extraviados. Uno de los últimos casos ocurrió el pasado martes en Pontón de Vaqueros. Una mujer llamó al albergue aterrorizada porque creía que se le había metido una rata enorme en casa. En concreto, en un patio interior del que disfruta desde su piso y en el que está la caldera. Debido al estado de alarma, no se atrevía a salir a la calle, ni tenía muy claro a quién llamar y si la iban a poder atender. "Nosotros nos hicimos cargo. Resultó ser un hurón hembra. Ahora lo tenemos aquí a la espera de que aparezca el dueño. Como no tiene chip, debemos esperar un tiempo prudencial para que nos llame y si no, dar al animal en adopción", aclara la responsable del albergue.

El confinamiento por coronavirus rebajó el número de abandono de animales en el municipio durante el primer fin de semana de la entrada en vigor del estado de alarma (14 y 15 de marzo), pero solo fue un "espejismo". Así lo describe Rodríguez, que vio cómo perros y gatos volvían a vagar por las calles los días posteriores. "Ahora es muy difícil llevar un recuento o ir a por ellos porque la gente no puede salir de casa para avisarnos. Sólo llaman algunas personas que ven a los animales desde la ventana". La coordinadora del albergue también solicita un permiso especial para que los dueños de ganado, gallinas o perros que los tengan en una parcela lejos de casa puedan ir a cuidarlos. De lo contrario podría haber abandonos masivos.

Compartir el artículo

stats