La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Brigada de modistas al rescate

Casi 600 mascarillas para geriátricos, el trabajo altruista y en equipo de treinta costureras: "Echamos muchas horas, pero reconforta", dicen

A la izquierda, Liliana González cosiendo en su casa de San Claudio. A la derecha, Marisol Fernández, en Colloto.

"Le echamos muchas horas al tema, pero estamos convencidas de que merece la pena". Es el testimonio común que resume las sensaciones de las alrededor de treinta mujeres de diferentes puntos de Oviedo que desde la semana pasada han formado una especie de brigada de modistas en misión humanitaria. Forman parte de la red asturiana "mascarillas solidarias", que trata de ayudar a los profesionales situados en "la primera línea de riesgo" del coronavirus ante la escasez de equipos de protección habituales. Lo que comenzó como una pequeña iniciativa solidaria de "cuatro gatas", como ellas dicen, va camino de convertirse en toda una factoría civil. En la primera semana lograron culminar 580 mascarillas para su reparto en diferentes geriátricos de Oviedo y sus concejos limítrofes.

La idea de esta iniciativa salió de un Guardia Civil destinado en el cuartel del Rubín, que prefiere guardar su anonimato. Sin embargo, su mujer, Isabel Garrido, no tiene problema en poner cara a una labor tan exhaustiva como reconfortante. "Las llamadas para ofrecer ayuda desde que nos pusimos en marcha fueron numerosísimas", explica Garrido acerca del más de un centenar de voluntarias sobre el que finalmente se seleccionó a unas 28 expertas costureras. "Es un trabajo que requiere cierta experiencia", apuntan.

La máquina echó a andar la pasada semana. Las voluntarias centraron sus esfuerzos en confeccionar mascarillas de algodón con las residencias de mayores como destino. "Requieren de una desinfección y esterilización que solo puede hacerse en establecimientos con lavandería", puntualizan los promotores de la campaña.

Personas como la vecina de San Claudio Liliana González o la residente en Colloto Marisol Fernández sacan a diario tiempo para dedicarse en cuerpo y alma a la noble causa. "Cada una se organiza como puede, pero a fin de cuentas todas producimos", coinciden en señalar las participantes de un grupo al que Garrido y su esposo reparten primero la materia prima y posteriormente se pasan por las casas para recoger el resultado de tanto esfuerzo.

La intención es ampliar a partir de esta semana el trabajo a una producción más especializada. "Una voluntaria más experimentada fabricará mascarillas para sanitarios que llevaremos al HUCA o los cuerpos de seguridad", anuncian dejando clara su intención de seguir abasteciendo a los profesionales más expuestos a un posible contagio del COVID-19.

La brigada ovetense no está sola. Además de recibir apoyo de la red regional, cuenta con algunos donantes "potentes" de material que prefieren conservar el anonimato. Igualmente, dentro del municipio de Oviedo existe un grupo en Trubia coordinado por la federación de colectivos vecinales. La localidad trubieca espera poder dar salida esta semana a su primera remesa de material de protección tras unos días de intenso trabajo.

Ambos son dos claros ejemplos de la gran implicación vecinal en la lucha contra un virus al que quieren combatir arrimando el hombro. "Es el momento de dar todos la talla", subrayan desde su confinamiento entre hilos y telas.

Compartir el artículo

stats