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Villapérez tiene tela y voluntariado

El colectivo de amas de casa de la localidad cose a destajo para proteger a la Guardia Civil: "Hay que estar a la altura"

"En tiempos como estos hay que estar a la altura y arrimar el hombro". Con esa máxima empezaron la semana pasada varias integrantes de la asociación de amas de casa de Villapérez a elaborar mascarillas de protección frente al coronavirus. Desde entonces ya han aportado cientos de unidades de este tipo de protecciones a la Guardia Civil y estos días trabajan ya en algún lote que pueda ser aprovechado por personal del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

La iniciativa surgió por sugerencia de un grupo de personas que ya iniciaron a mediados de marzo esta actividad en Lugones. Las mujeres de Villapérez no dudaron en responder a la llamada. "Si se puede ayudar, se ayuda dentro de las posibilidades que uno tiene", comenta con predisposición la vecina Pilar Álvarez, que la pasada semana fabricó ella sola desde su casa 200 unidades. "El resto de compañeras también hicieron, pero no sé cuántas porque ahora estamos casi incomunicadas", dice en clara referencia a las limitaciones sociales del confinamiento.

Ahora, el tiempo que antes dedicaban a charlas, talleres y otro tipo de iniciativas lo emplean en ayudar a los demás. Para ello cuentan con un apoyo externo con el que apenas se comunican para evitar posibles contagios. "Viene una chica que al parecer es policía a dejarme el material y recogerme las mascarillas terminadas", explica Álvarez respecto al "modus operandi" para que la fábrica en la que se ha convertido su casa no deje de funcionar.

Las voluntarias reciben en su vivienda materiales donados por mediación del grupo de Lugones. En algunos casos se tratan de sábanas de algodón o telas acordes para este tipo de usos. Del mismo modo, les son enviadas a casa las gomas, en algunos casos de cinta especial para casos como los de la Guardia Civil y lo único que suelen aportar es el hilo. "No hace falta que sea un color concreto y entonces vamos tirando con lo que tenemos por casa", explican las voluntarias, entre las que se encuentra la vecina Carmen Cuesta.

Hasta ahora, los principales beneficiarios han sido los agentes de la Benemérita, pero las vecinas esperan con ilusión poder ayudar a los trabajadores del sistema sanitario, al considerarlos la primera línea de defensa frente al virus. Sin embargo, hasta ahora no han podido hacer llegar ayuda al HUCA. "Nos dijeron que por precaución estos días era mejor que no se acercara nadie al hospital para evitar contagios", apunta Pilar Álvarez, confiada en que "entre todos" la crisis sanitaria pueda pasar a la historia. "Hay que estar a las duras también", señala.

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