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Crisis del coronavirus

"Pagamos justos por pecadores", claman los dueños de perros por la limitación de salidas

Los propietarios de mascotas rechazan el bando municipal que restringe sus paseos a un máximo de tres veces al día y a 200 metros del domicilio

Una mujer, ayer, paseando al perro por el puente de Viaducto Marquina. MIKI LÓPEZ

"Un perro no es una persona, tiene rutinas. El mío es viejo y sordo, así que no es fácil cambiarle los hábitos. Cada persona debe ser responsable". Consuelo Santirso saca a pasear dos veces al día a "Chapi", un pastor alemán de 14 años que está bastante desorientado desde que empezó el estado de alarma porque sale menos a la calle, durante mucho menos tiempo y, desde el jueves, por una zona aún más pequeña. La fecha coincide con la publicación de un bando municipal que va más allá en las restricciones sobre movilidad con perros impuestas por el Estado para evitar la propagación del coronavirus. La medida ha recibido una fría acogida entre los propietarios de los animales, que, resignados, apelan más al sentido común de cada persona que a nuevas restricciones. Como dice Santirso: "Pagamos justos por pecadores al limitarnos más las salidas a los que tenemos perro". Creen, en general, que pagan el pato de "una minoría que no cumple las normas".

El alcalde, Alfredo Canteli, llama a los ciudadanos a limitar a tres las salidas diarias con sus perros, únicamente para que los animales hagan sus necesidades y guiados por una sola persona; a no alejarse más de 200 metros de su domicilio; a no mantener contacto con otros usuarios o animales, y a llevar una botella de agua con detergente para facilitar la dilución de la orina y restos de materia fecal sobre la vía. El bando también prevé excepciones, como que el dueño vaya acompañado de una persona dependiente durante el paseo en caso de no poder dejarla sola.

Otra de las dudas tiene que ver sobre la capacidad sancionadora del Ayuntamiento. El equipo de gobierno aclara que la Delegación del Gobierno ha concedido a las administraciones locales potestad para fijar algunas normas, y que la Policía Local podría multarles por desobediencia a la autoridad.

Parque canino cerrado

Uno de los ejemplos de la capacidad sancionadora y ejecutora del Ayuntamiento durante el estado de alarma es el cierre del parque canino de la plaza Ángel González, en Vallobín. La Policía Local lo ha precintado ante el excesivo número de personas y perros que coincidían allí al mismo tiempo sin respetar las normas en lo que se refiere a las distancias mínimas de separación entre personas y también entre animales.

Sara Bel, que hasta la publicación del bando sacaba a sus dos perros cuatro veces al día por la zona de San Lázaro, no ve con buenos ojos el endurecimiento de las normas para sacar a los animales. "Entiendo que las reglas son para todos, pero no siempre es posible llevar a los perros a un parque o a un espacio diáfano a menos de 200 metros de tu casa". En este sentido, aunque más receptiva con el bando municipal, Mari Luz Fernández subraya que la distancia máxima para pasear al animal al salir del domicilio es insuficiente: "Me parece muy poco margen, pero el resto de restricciones lo veo bien. Yo solo salgo con los tres perros una vez al día y por la mañana". Es el sacrificio que asume como su aportación a la causa.

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