"Es el día más feliz de mi vida. Desde que murieron mis padres no había celebrado esto más". Son las palabras de Ángela Aguirre, una octogenaria que vive sola en un piso de la plaza Primo de Rivera de Oviedo y que esta mañana fue sorprendida por un grupo de voluntarios que suelen hacerle la compra desde el inicio del confinamiento y quisieron homenajearla con motivo de su cumpleaños.

La enfermera retirada dice haberse encontrado con una dura realidad a raíz del confinamiento. "No estoy en condiciones de salir a comprar y encima estos días son fiesta", clamaba con lágrimas en los ojos por la emoción de encontrarse con un cumpleaños improvisado. "No sabéis la ilusión que me ha hecho todo esto", confesaba mientras sostenía la tarta, con vela incluida, aportada por los voluntarios.

La mujer no pudo contener las lágrimas y tras unos segundos encerrada en el baño para asimilar lo que estaba ocurriendo salió a dar muestras de agradecimiento a todos los que fueron a felicitarla. "Salud, salud y salud para todos; es lo que deseo", dijo antes de soplar la vela del que aseguró que era su 80 cumpleaños, aunque los documentos oficiales pongan en duda la cifra. "No le gusta hablar de su edad", indicaron los voluntarios.

El coordinador de Protección Civil en Oviedo, Gonzalo Míguez, asegura que el de Ángela no es por desgracia un caso único. "Padece al igual que muchos mayores de Oviedo la enfermedad de la soledad", indicó para luego lanzar una propuesta a la administración para tratar de acompañar a mayores que estén solos en estos momentos. "Me ofrezco a articular alguna medida o programa que ataje este problema", indicó.

Desde hace un tiempo Protección Civil viene haciendo la compra o llevando medicinas a hogares como el de Ángela Aguirre. Una actividad que se está viendo respaldada por una amplia colaboración ciudadana. "Hay una ola de gente interesada en ayudar y queremos aprovecharla", destaca.