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La Cocina Económica se dispara con un 33% más de usuarios al día y 85 familias atendidas

La organización tiene cerrado el comedor y sirve 240 menús en táperes: "Nunca habíamos visto tanta gente como ahora, no damos abasto"

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Así trabaja la Cocina Económica en plena cuarentena

Los comensales diarios de la Cocina Económica han aumentado más de un 33% desde el inicio del estado de alarma, al pasar de un máximo de 180 personas en las mesas a las más de 240 que ahora se llevan el menú en un táper. El incremento es mucho mayor respecto a las familias derivadas a esta organización asistencial por parte de los Servicios Sociales del Ayuntamiento. Si antes iban ocho o diez usuarios una vez a la semana en busca de una bolsa de alimentos de primera necesidad para ellos, sus parejas y sus hijos, actualmente acuden una media de 85. Tal cifra supone un crecimiento del 750%.

"Llevo tres años trabajando aquí y nunca había visto tanta gente como ahora. No damos abasto". Florencio Menéndez es uno de los tres cocineros del comedor social ubicado en el número 6 de la calle San Vicente. Charla con LA NUEVA ESPAÑA sin apenas levantar la cabeza de las ollas y sartenes para no perder la concentración. Prepara un primer plato de menestra y un segundo de entrecot de ternera. Luego, mete unas generosas raciones individuales en varios táperes que guarda en una bolsa junto a varias piezas de fruta, pan, agua y un brioche de jamón york y queso para la cena. Sus dos compañeras de fogones, Inmaculada Cuesta y Cesarina Mora, hacen lo mismo con ayuda de voluntarios y religiosas de la orden de la Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Son las 12.30 horas y en la calle hay una cola que rebasa el edificio de la Facultad de Psicología. Hombres y mujeres de todas las edades esperan pacientemente su turno para poder comer. Muchos son habituales, pero otros no y esquivan la mirada.

"Vienen personas que jamás habían necesitado ayuda y que ahora no tienen para comer", explica Florencio Menéndez, que, como el resto de sus compañeros, trabaja seis días a la semana, de 08.00 a 20.00 horas. Por las tardes prepara la bolsa de alimentos básicos de las familias en situación precaria, un sector de la población que se ha disparado durante el confinamiento. Gracias a proveedores como el Banco de Alimentos, Makro, Otea y Alimerka, entre otros, las familias se llevan arroz, pasta, legumbres, carne, pescado, leche, yogures y fruta.

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