Se enfrentaban a un año de cárcel por, supuestamente, utilizar la imagen de una prestigiosa marca para encarecer productos de menor calidad, pero finalmente quedaron libres de toda culpa. El dueño y dos empleados de una red de cinco joyerías han resultado absueltos de un delito contra la propiedad industrial, después de que la jueza del Juzgado de lo penal número 1 considerara que el logo de varios productos vendidos por los establecimientos no eran una copia del de Versace, sino que se trata de "una grosera y tosca reproducción" que difícilmente puede llevar al engaño de los clientes.

El fallo de la magistrada, ya firme, obliga a devolver las alrededor de sesenta piezas incautadas en 2016 por parte de la Policía Nacional, pero deja la puerta abierta a que el titular de la marca lleve el caso por la vía civil para reclamar posibles daños económicos a causa del uso de un logo similar al utilizado. Entre el material retirado en su día se encuentran pendientes, anillos, collares o pulseras.

El propietario de la cadena cuenta con cuatro establecimientos ubicados en la calles Uría, Marcos Peñarroyo, Nueve de Mayo y avenida del Mar de Oviedo, así como otra tienda en la calle San Francisco. En este caso estaba imputando tanto él, como dueño de los locales, como el empleado encargado de contactar con el proveedor italiano que les suministró las joyas y la trabajadora cuyas funciones eran la de determinar los precios de venta.

Indemnización

La sociedad mercantil Versace exigía más de 15.000 euros de indemnización, así como penas de cárcel para los imputados, pero la jueza no ve motivos por los cuales se deba llevar el asunto por la vía penal. Siguiendo la jurisprudencia de otros casos, la magistrada descarta el delito contra la propiedad industrial al considerar demostrado que no se utilizó una copia del logo de la marca, sino una "imitación burda" de la cabeza del ser mitológico "Medusa" que Versace utiliza como símbolo.

La defensa de los acusados había reclamado la libre absolución durante el juicio celebrado a mediados del pasado mes de marzo. El letrado José Álvarez de Linera argumentó, entre otras cosas, que los precios de venta al público establecidos por los joyeros dejaban claro que no se trataba de productos de la marca Versace, sino de otro proveedor diferente. Según explicó, sus clientes vendieron joyas a 90 euros que, de tratarse de productos de Versace, costarían unos 600 euros, por lo que no había lugar a la confusión.

El caso saltó a la luz en mayo de 2016 cuando agentes de la Policía Nacional registraron de manera simultánea los establecimientos de la cadena y hallaron un total de 60 piezas repartidas en cuatro de ellas que, supuestamente, se estaban comercializando con el símbolo de Versace con el objetivo de sacar un mayor margen económico. Algo que el Juzgado ahora no ha dado por probado, decidiendo la absolución de los acusados por este asunto.