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Cruz Roja hace los deberes

Voluntarios de la organización reparten ordenadores a alumnos del colegio de Ventanielles para que puedan hacer las tareas escolares

"Es emocionante ver la reacción de las familias": acompañamos a Cruz Roja en el reparto de ordenadores y material escolar

"Es emocionante ver la reacción de las familias": acompañamos a Cruz Roja en el reparto de ordenadores y material escolar

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"Es emocionante ver la reacción de las familias": acompañamos a Cruz Roja en el reparto de ordenadores y material escolar David Orihuela

Domingo Gabarre Borja tiene 11 años. No quiere salir de casa, tiene una mezcla de miedo al contagio y tristeza por no poder jugar al balón con sus amigos. Vive en el barrio de Ventanielles y su madre, Lucía, quiere que salga a dar un paseo, pero él se niega. Ayer la sorprendió bajando al portal. El chico quiso agradecer a los voluntarios de Cruz Roja que le habían llevado un ordenador para hacer los deberes.

"Ha querido bajar a saludaros", dice la madre, un tanto emocionada. Elena Angelova y David Gullón han dejado un ordenador a la puerta del portal. Para la madre, el equipo informático "lo es todo". Ahora el crío podrá hacer con más comodidad las tareas escolares, antes lo hacía con el móvil.

Domingo es uno de los 25 alumnos del colegio público de Ventanielles que ayer recibieron los ordenadores que entrega Cruz Roja merced a un acuerdo con la Consejería de Educación del Principado.

Cándida Jiménez vive también en Ventanielles y tiene dos hijas, una de 11 años y otra de 7. Hasta ayer no habían podido hacer los deberes. "Lo poco que hicieron fue porque una vecina me traía fotocopias de las tareas", explica la madre. Ella fue la encargada de recoger el ordenador y la conexión wifi para que las pequeñas ya puedan ponerse a trabajar. El teléfono móvil de la madre y esas fotocopias de la vecina eran hasta ahora la escuela de las crías.

Es la tónica general, la utilización de los teléfonos móviles de los padres para hacer los deberes. Padres y madres dejándose los ojos con sus hijos para intentar resolver un problema de Matemáticas o hacer una tarea de Lengua en una pantalla de poco más de diez centímetros. Es lo que hacían también Omar Antonio Martínez Escobar y Senedia Sandoval con su hija Valeria, estudiante de cuarto de Primaria en Ventanielles. "Nos poníamos los tres a hacer los trabajos con el móvil", explica con el ordenador esperando a ser recogido en el felpudo de su vivienda. La pequeña Valeria sonríe. "Está emocionada", dice el padre cuando la niña se queda sin palabras a la hora de intentar explicar lo que supone tener en casa un ordenador para hacer los deberes.

Elena Angelova, trabajadora de Cruz Roja, y David Gullón, voluntario de la organización, recorrieron ayer varias veces el barrio de Ventanielles. En algunas casas coincidió que no había nadie cuando llegaron, en otras ocasiones la familia había cambiado de domicilio sin comunicarlo al colegio, que es quien prepara los packs y entrega el listado de beneficiarios. Una locura de vueltas por el barrio que los jóvenes llevan con buen humor y con resignación. Son conscientes de la tarea que están haciendo. "Es muy satisfactorio, ves que estás ayudando directamente a las familias en una situación tan difícil", dice Gullón. Él se sumó al proyecto nada más conocerlo, se ofreció voluntario. "Tenía mucho tiempo sin nada que hacer", dice. Ahora su tarea es fundamental para muchos pequeños estudiantes.

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