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Crisis del coronavirus

Despedida musical por todo lo alto

Los disc jockeys de la calle Matemático Pedrayes despliegan una gran bandera y la leyenda "Gracias" en su última sesión

Paula Rojo y Patricia Ibarrondo colocan la decoración; arriba, las banderas y el cartel con la leyenda "Gracias". JULIÁN RUS

Dos familias del número 16 de la calle Matemático Pedrayes de Oviedo quisieron sumarse a la ola de animadores musicales de balcón que surgió a partir del confinamiento decretado a mediados del pasado mes de marzo, pero desde el primer día que lo hicieron, concretamente el día 18 de ese mismo mes, tuvieron claro que querían alejarse del lugar común del "Resistiré" y otras canciones previsibles; que lo suyo sería ofrecer sesiones por géneros musicales, temáticas u otros hilos conductores que pudieran resultar atractivos para la mayor parte del público, e incluso didácticos, sobre todo para los más pequeños.

Ayer, los promotores de la iniciativa decían adiós, con vistas al cambio en horarios y hábitos propiciado por la desescalada. Pero no quisieron hacerlo de cualquier manera, sino con un acto simbólico y "grande". Así, colgaron en la fachada de su edificio dos enormes banderas y un cartel con la leyenda "Gracias" escrita en vertical. Una puesta en escena de despedida para la última sesión.

El peso de la iniciativa, desde el primer día, ha recaído en Pío Fernández Aller, encargado de la selección musical; su hijo, Jaime Fernández, responsable de las mezclas, y Javier Ramos como técnico de sonido. Y el diseño y la ejecución de la decoración de la jornada de ayer corrió a cargo de otra vecina, Patricia Ibarrondo.

Como explicaba otro de sus impulsores, Pablo Ramos, la idea era, desde el primer día, pinchar canciones comerciales, que pudiera conocer todo el mundo, junto a otras que, aunque no tan conocidas, pudieran ser asequibles para todo el vecindario. Aunque los gustos nunca pueden ser uniformes, y no todo puede gustar a todos, se trataba de llegar, si no con todas las canciones, al menos con buena parte de ellas, a la mayoría de los vecinos.

Con el paso de las jornadas, se iba creando expectación respecto a lo que se pincharía cada día, y los animadores empezaron a colgar sus propuestas en Instagram.

También retransmitían por esta red sus sesiones, lo que propició que algunos ovetenses que vivían fuera pudieran ver a sus abuelos o familiares, siquiera a cierta distancia, asomados durante la sesión. Un día pinchaban canciones de la Motown, al día siguiente música mexicana, otro día ópera, música cubana o pop español. El caso era abrir el abanico lo más posible, con la calidad como bandera. En la jornada de despedida sonaron clásicos como "Police" y Bruce Springsteen junto a españoles de los ochenta, folk y temas bailables de Pharrell Williams o Lykke Li.

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