Menos monedas y más pagos a través de la aplicación del móvil. Así volvió ayer a funcionar la zona azul tras dos meses de suspensión de la regulación del aparcamiento a causa del estado de alarma. Muchos usuarios acostumbrados a pagar en efectivo optaron por la tecnología para no tener que manosear los parquímetros. Mientras, en los autobuses urbanos, donde también se ha vuelto a cobrar, los conductores destacaron el buen comportamiento de los viajeros ante el fin de la gratuidad de los viajes en el transporte colectivo.

Los conductores de la ciudad asumieron con resignación la obligación de pasar por caja para aparcar en el centro de la ciudad durante unos minutos. "Después de 67 días sin ver a mis padres de 91 y 84 años vengo y lo primero que tengo que hacer es pagar, pero es lo que hay", comentó con resignación Begoña González en su desplazamiento desde Perlora a la capital del Principado para reencontrarse con sus progenitores.

Ella fue de las que, a pesar de la recomendación de pagar a través del móvil, abonó el dinero en efectivo, eso sí, bien protegida por guantes y mascarilla. "Es como suelo hacerlo y tampoco me planteé hacerlo de otra manera", comentó en un contexto de digitalización generalizada. "Nos encontramos con que la mayoría están pagando por internet", explicó un trabajador del servicio que ayer estuvo destinado al centro. "La gente estaba informada", comentó el empleado de la contrata municipal respecto a la respuesta positiva hacia las recomendaciones lanzadas por el Consistorio en los últimos días.

Civismo

En los autobuses urbanos, más de lo mismo. "La gente se viene con las normas aprendidas", apuntaron responsables del servicio tras constatar con los conductores de autobuses la falta de incidencias tanto a la hora de pagar el billete después de dos meses como de hacerlo con el importe justo de 1,20 euros por viaje. "Hay mucho civismo", añaden.