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Sin excusa para olvidar Santullano

Con San Miguel de Lillo ya en perfecto estado, la necesidad vira hacia San Julián de los Prados, con sus pinturas en el punto de mira: "Urgen las obras sin esperar por el bulevar"

Sin excusa para olvidar Santullano

San Miguel de Lillo ya está en perfecto estado de revista. La reciente culminación de su profunda puesta al día hace que la urgencia vire ahora a unos cuantos centenares de metros del Naranco hacia abajo, a la entrada de la ciudad. El foco de la necesidad apunta a Santullano, con la restauración de sus pinturas como objetivo prioritaria para garantizar su permanencia. "Ahora toca rehabilitar Santullano; no es necesario esperar que se decida sobre el urbanismo del entorno, urgen las obras sin esperar al bulevar", sostiene el profesor de la Universidad de Oviedo y experto en el Prerrománico Lorenzo Arias. LA NUEVA ESPAÑA analiza con él las necesidades del Prerrománico en Oviedo.

Santullano. "Es, sin duda, el monumento con más necesidad de intervención del Prerrománico ovetense. Es un edificio del siglo IX y se encuentra en una zona con mucho tráfico cuya polución, sumada a la humedad, afecta significativamente su estado exterior. Hace ya muchos años que no se ha hecho una restauración a fondo. La última fue en 1982.

"La restauración más urgente es la de las pinturas murales, que ha de ser una intervención de alcance, muy profunda. Desde la restauración de los años ochenta hasta ahora lo único que se ha hecho ha sido unas pruebas recientes del Instituto de Patrimonio del Ministerio de Cultura para comprobar el comportamiento de los pigmentos y la respuesta que tendría a determinados productos de restauración. Es un trabajo interesante el que se ha hecho, pero no podrán intervenir hasta que haya una cantidad económica que lo permita.

"En cualquier caso, se puede hacer por fases, siempre que se les dé continuidad. La intervención que hubo en los años ochenta no fue inocua, sino muy fuerte. Y ahora se ha comprobado que uno de sus efectos fue generar problemas en la alteración de la capa pictórica y del soporte, lo cual repercute negativamente junto con la humedad y el tiempo que ha pasado. Se han ido acumulando muchos problemas.

"Otro problema es el de la piedra exterior, que está muy contaminada. Hay parte de mortero que se conserva en los muros pero se está cayendo. Se necesitaría conservarla y, por otro lado, debería acometerse una limpieza de la piedra, que está negra por la contaminación y por la lluvia.

"También es necesario impermeabilizar el exterior. Hay que evitar humedades si el interior se restaura".

"Otra intervención necesaria es el solado. El revestimiento del suelo está reformado en el siglo XIX. Apenas queda nada del original, salvo restos. Se necesitaría una intervención arqueológica porque nos vamos a encontrar con la cimentación del edificio. Hay que intervenir arqueológicamente tanto en el interior como en el exterior. Hasta ahora solo se han hecho pequeñas intervenciones arqueológicas. Íbamos a conocer cómo estaría construida la cimentación de San Julián de los Prados. Hace unos años hubo una intervención que demostró que la cimentación es bastante buena, aproximadamente de un metro de profundidad. Además, hay que tener en cuenta que en el entorno había dependencias palatinas y se podrían encontrar restos de alguna construcción altomedieval. Sabemos que podemos encontrar algo pero no de qué entidad.

"También se puede intervenir en el entorno de San Julian, urbanizar la zona norte, una actuación que no tendría mucho coste y permitiría dejar una visión de la cara norte muy buena e inédita".

Santa María del Naranco. "El edificio ha tenido numerosas intervenciones hasta nuestros días, y en general se encuentra en muy buen estado, salvo algunos aspectos puntuales, y estructuralmente está muy bien conservado. Y hay una restauración reciente, del año 2011.

"Una de las intervenciones que necesitaría es en el suelo del piso superior, de la sala noble. Se conserva el suelo original, que está protegido con un material especial dispuesto en una capa fina. La necesidad de restaurar ese piso es una mejora que en el futuro habrá que valorar. También hay algunas humedades en la parte norte donde habría que intervenir.

"Otra de las cosas que se necesitarían es una nueva réplica del altar que se conserva en el mirador este. El original está en el Museo Arqueológico de Asturias, tiene un gran valor y está muy bien conservado, pero la réplica que hizo Pidal en el año 1930 no se ha cambiado desde entonces, y está muy deteriorada. No se ve la epigrafía que tiene en el entorno del ara, tiene también una superficie con decoración de una cruz, una cenefa con motivos vegetales, pero todo eso no se aprecia bien. La piedra está descompuesta, y se podría cambiar esa réplica por otra, porque es una piedra que no nos dice nada. No podemos poner la original, que es una pieza única, de un valor impresionante".

Foncalada. "La fuente de Foncalada quizás en el Prerrománico asturiano se lleve la peor parte, porque está al aire, está en un área urbana muy desprotegida y se necesitaría hacer algo de arqueología en la zona. También una limpieza de la piedra, del entorno. Y, sobre todo, necesita un tratamiento museístico.

"Ahora mismo sería muy complejo y costoso intervenir en ella, porque la solución, a mi juicio, pasa por una protección, es decir, que se cubra literalmente y se haga un pequeño museo con ella: un edificio con un diseño muy armónico y transparente. Es la única forma porque, entonces, podríamos integrarlo todo, hacer recreaciones de cómo sería, tenemos piezas arqueológicas en el Museo Arqueológico que pertenecen a Foncalada que se podrían disponer allí al ser un espacio cerrado y protegido, y se podrían hacer unas maquetas de cómo era la fuente, y entonces tendría una dignificación.

"Creo que es la única alternativa que hay porque de otra manera lo único que va a pasar es que sea un espacio malsano. En determinadas épocas del año aquello puede estar muy desaliñado. Si se hace un museo se le daría mucho aire al entorno. Si se peatonalizara toda esa parte final de Gascona se podría hacer un diseño en su entorno mucho más amplio y se pueden aportar muchas ideas para su protección.

"Y está la limpieza, claro. Ahora, el edificio está sucio. Todo eso hay que hacerlo con exquisitez, vigilancia arqueológica y arquitectónica, con mucho cuidado. Y hay que respetar el edificio, que tiene un conjunto epigráfico en su cara norte muy interesante. Además, el tiempo tampoco ayuda a que se conserve. Solo si se le hace un diseño de protección estructural se podrá conservar en condiciones. Al aire libre y con el paso de la gente, está muy desprotegido".

San Miguel de Lillo. "Hasta ahora, nunca se había hecho una restauración íntegra. El trabajo recién culminado permitirá estudiar todas las pinturas murales en su conjunto, y también la estructura del edificio, tras retirar el mortero innecesario.

"Ahora, el único problema que tenemos es la protección del entorno, que es un tema que merece un estudio aparte. Creo que Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo están en condiciones de dos esculturas exentas que no se integran dentro del paisaje, de un espacio de protección.

"Hace más de diez años se intervino en el entorno del paisaje; en la zona de San Miguel de Lillo se hizo un camino que subía a cerca del Centro Asturiano, había un mirador, pero como luego no hubo un mantenimiento toda esa parte está ahora muy deteriorada".

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