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San Juan retoma las obras de rehabilitación con la financiación en el aire a causa de la crisis

"Ahora es prioritario ayudar a las personas", señala el párroco en el inicio de los trabajos para reponer la vidriera de la capila de San Antonio

Juan Carlos Fernández preparando la reposición de las vidrieras de la capilla de San Antonio de la iglesia de San Juan. LNE

La parroquia de San Juan el Real tardará más de lo deseado en lucir como nueva a causa de las consecuencias sociales y económicas de la crisis sanitaria. El párroco de San Juan, Javier Suárez, advirtió ayer que "a partir de ahora es prioritario ayudar a las personas" por lo que la previsión de una inversión progresiva de cinco millones de euros para rehabilitar el templo podría tener que esperar. Estas palabras llegan justo coincidiendo con la reanudación tras dos meses de los trabajos para reponer la vidriera de San Antonio, cuya rehabilitación fue una de las actuaciones de urgencia iniciadas el pasado mes de enero, ante el riesgo parcial de derrumbe del edificio.

La vidriera de la capilla de San Antonio cuenta con 17 módulos que acaban de ser restaurados en el taller gijonés de Begoña Cuervo y precisan ahora de algo más de una semana de trabajos para ser restituidos. En el día de ayer, operarios de la empresa Almeida Albañilería dejaron todo listo para que los restauradores inicien a partir de hoy la colocación de las perfilerías de las vidrieras.

Los operarios retiraron los pilares y capiteles deteriorados para facilitar la colocación de una estructura que podría estar lista este mismo viernes. A partir de entonces, los albañiles dedicarán cuatro o cinco días a recolocar y reparar el material retirado. Después, ya se podrán colocar las vidrieras sin riesgo de romperlas ni ensuciarlas. "Es un trabajo muy laborioso y cuidadoso", explicó el contratista Pablo Almeida, que hoy supervisará la colocación de la estructura.

Un ultimátum lanzado por el propio párroco fue clave para retomar el trabajo por parte de unas compañías que no son ajenas a las restricciones sanitarias ni a los ERTES provocados por el confinamiento. Suárez instó a acelerar las obras cuanto antes para evitar un sobrecoste desmesurado. "Entre el alquiler de los andamios y otros detalles ya sumamos 300.000 euros gastados y todavía nos faltan otros tantos", advierte.

Arreglos necesarios

El párroco da por hecho que de aquí en adelante será mucho más difícil avanzar en la restauración debido a la escasez presupuestaria. "Llevamos dos meses sin ingresos y con gastos extra, como la adecuación de la basílica para realizar las celebraciones sin riesgo de contagio", apuntó acerca de unos arreglos más que necesarios. "Solo hemos arreglado una vidriera pero están todas para cambiar", comenta para justificar la necesidad de una serie de obras cuyo coste estimado es de cinco millones de euros y precisarán de un plan director para escalonar su financiación.

De momento, la parroquia prefiere centrarse en lo ya iniciado. Una vez repuesta la vidriera de la capilla de San Antonio, los planes pasan por reponer el cimborrio, que actualmente se encuentra en la fase final de su reparación, y los dos ángeles de piedra recuperados. "Su reposición conllevará un importante despliegue de grúas pues son piezas muy grandes y pesadas", apunta el párroco de San Juan el Real.

El resto de actuaciones dependerán "de Dios y de los fieles", según el responsable de la parroquia, preocupado ante la gran crisis económica que se avecina. "Cuando hay situaciones como la actual, la gente acude a la Iglesia en busca de ayuda, ya sea en forma de alimento o de dinero", subraya el religioso, consciente de la necesidad de revisar las prioridades de cara al futuro panorama económico. "Será complicado poder pagar obras si tenemos que ayudar a las personas como siempre hacemos cuando llegan situaciones de necesidad", añade.

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