La basílica de San Juan El Real lucirá la próxima semana "en todo su esplendor" la vidriera de la ventana más dañada de la capilla de San Antonio, tras una larga restauración de cincuenta días acometida en Gijón. Los operarios de la empresa encargada de recuperar las quince piezas de cristal, elaboradas hace un siglo por unos fabricantes de la escuela vasco-francesa, colocaron ayer la estructura de plomo que permitirá devolver a su sitio los materiales retirados hace cuatro meses, ante el riesgo de desprendimiento total.

La recuperación de una de las vidrieras de la capilla fue una de las medidas de urgencia tomadas a comienzos de año por la parroquia. Una vez recuperada, su recolocación junto a la de dos ángeles de piedra y el cimborrio, también restaurados, culminarán una inversión de 600.000 euros para atender las necesidades más urgentes del templo.

Sin embargo, según los expertos, San Juan precisará un plan de obra por valor de 5 millones de euros, a desarrollar en varias fases, para recuperar el esplendor perdido a causa de muchos años sin mantenimiento.

El miércoles fue la empresa Almeida Albañilería la que retiró los pilares y los capiteles para dejar vía libre a unos restauradores que ayer, durante cinco horas, se dedicaron a colocar una estructura de plomo vital para sostener el material restaurado. Ahora serán de nuevo los albañiles los que durante varios días repondrán y arreglarán los pilares y capiteles, para que los expertos puedan colocar los cristales y sellarlos a lo largo de la próxima semana.

Gran altura

El resultado, aseguran, será difícil de apreciar debido a la elevada altura de los ventanales, pero merece la pena. "Son materiales muy buenos, y una vez colocada la vidriera, se verá en comparación al resto el buen estado en el que ha quedado", indica Alfredo Amado, encargado, junto a Begoña López, de volver a sacar brillo y dar consistencia a los vidrios que, a partir de la próxima semana, contarán con un cristal protector para evitar roturas. "Es el sistema recomendado para dar seguridad", apunta Amado.

Los trabajos corren especialmente prisa para el párroco de San Juan, Javier Suárez, quien esta misma semana advertía en LA NUEVA ESPAÑA de los problemas para afrontar futuras inversiones. "A partir de ahora atender a las personas será la prioridad", apuntó en relación a la creciente demanda de ayuda por parte de vecinos golpeados por la crisis.

El sacerdote aseguró que las obras de urgencia han acarreado ya 300.000 euros en gastos, a los que podrían sumarse otros tantos derivados de los aparatosos trabajos para recolocar el cimborrio y los dos ángeles. "Las mejoras futuras dependerán de Dios y de los fieles", advierte Javier Suárez.