Las obras para restaurar la capilla de los Vigiles de la Catedral podrían retomarse a partir del próximo lunes, tras más de dos meses paradas a consecuencia de la crisis sanitaria. Así lo aseguró ayer el deán, Benito Gallego, quien sin embargo se mostró cauto respecto a la fecha debido a las dificultades administrativas de la empresa Valuarte Conservación del Patrimonio al tener que desplazarse desde Palencia a la capital del Principado para retomar la actividad. Por otra parte, los trabajos para restaurar los cinco retablos de la girola del templo no llegaron a pararse y ya solo faltan por completarse las partes a cargo de los especialistas Jesús Puras y Pablo Klett, que lucirán todo su esplendor a finales de este mes.

A principios de año la previsión del cabildo era que todos los trabajos iniciados estuvieran acabados para finales de primavera o comienzos de verano. Esos planes se torcieron en el caso de la capilla de los Vigiles cuando el decreto del estado de alarma y el inicio del confinamiento afectó de lleno a los trabajos de la empresa Valuarte. La actuación, presupuestada en 590.000 euros y que incluye entre otras mejoras, la recuperación del altar original, quedó paralizada el pasado 13 de mayo y desde entonces la empresa adjudicataria trata de poner todo a punto para recuperar la actividad.

Los trabajos de la capilla se iniciaron en enero justo después de unas labores de investigación realizadas por parte de los arqueológicos, que efectuaron varias catas para acometer estudios sobre la historia y la evolución de la Catedral "sin grandes sorpresas", según indicó por aquel entonces Benito Gallego.

Trabajos avanzados

En lo que respecta a la recuperación de los retablos de la girola, lejos de retirarse, incluso se aceleraron. "Al no haber este año Semana Santa los trabajos fueron incluso más rápido de lo previsto", sostiene el restaurador Jesús Puras, al cual se le encargó la recuperación del retablo de San Andrés, el único junto al de San Bartolomé, cuya rehabilitación fue encargada a Pablo Klett, que todavía no han sido rematados. Quienes sí culminaron ya las obras iniciadas el pasado otoño fueron Natalia Díaz-Ordóñez, Paula Sánchez Ablanedo y Luis Suárez Saro en los retablos de San Pablo, la Transfixión y San Pedro, respectivamente. En el caso de Suárez Saro, fallecido el pasado 7 de abril de manera repentina a los 58 años, terminó su último trabajo justo antes de fallecer.

Estas actuaciones suponen casi finiquitar el plan director de la Catedral realizado por Jorge Hevia y Cosme Cuenca en 1996 y cuyas obras se han venido realizando durante las dos últimas décadas con una inversión superior a los seis millones de euros. La última actuación pendiente es la restauración de las vidrieras góticas de la zona sur, a día de hoy muy deterioradas.