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"La facturación baja aunque atendamos a más clientes"

Víctor Gión, en su administración de lotería. MIKI LÓPEZ

Víctor Gión tuvo que cerrar de repente en marzo su administración de lotería del Fontán y dos meses después, el pasado día 18, ha podido reabrir, pero su situación todavía no es buena por varias razones. En primer lugar, los sorteos de la Lotería Nacional, que son para él los más rentables, están aplazados hasta después del 11 de junio. Desde su apertura, el día 18, solo se jugó la primitiva y el euromillón. Esta semana, desde ayer, se ha comenzado a jugar la bonoloto y el gordo de la primitiva. No todas las administraciones han podido abrir a la vez, y Víctor Gión critica esta decisión: "Los administradores hubiéramos preferido abrir todos a la vez".

Una vez reabierto el negocio, el regreso es complicado. "Comenzamos a trabajar con pérdidas: las que acumulas de los dos meses cerrados más las de estas tres semanas sin comercializar", apunta Gión.

La administración tiene dos empleadas en un ERTE y no se puede permitir incorporarlas con esta venta. Además del problema del aplazamiento de los sorteos está el hecho de que la gente juega mucho menos. "Tuvimos bajadas de ventas a partir de la crisis de 2008, reflejadas sobre todo a partir de 2010, y ahora, cuando estábamos remontando, creo que la bajada va a ser importante, porque, aunque haya colas o gente esperando, no quiere decir que se venda más. La gente juega, pero, en vez de jugar diez euros, juega uno. Aunque atendamos a más gente, la facturación baja", subraya. Además, echa en falta el apoyo de Loterías y Apuestas del Estado, tanto por la falta de información durante todo el confinamiento como por el hecho de que las comisiones llevan congeladas años.

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