Los trabajadores de la Residencia Juvenil Ramón Menéndez Pidal del campus del Cristo están que trinan con el Principado. La plantilla acusa al Gobierno regional de ultimar la privatización de una instalación con capacidad para 120 estudiantes y deportistas becados, a pesar de que la Administración carecería de informes económicos y técnicos que justifiquen tal decisión. Fuentes de la Consejería de Presidencia, de la que depende el Consejo de la Juventud, se limitan a asegurar que el cambio de titularidad, para el que todavía no hay fecha, se realizará manteniendo los actuales treinta empleos del equipamiento y adaptando la gestión a la del resto de servicios regionales del mismo tipo.

La plantilla considera "injustificado" tomar esta medida "sin ni siquiera contar con el aval de los técnicos". A su juicio, esto se debe a la existencia de "algún interés" por parte del Gobierno regional en dejar en manos privadas un servicio cuya viabilidad ven factible. "La intención es privatizar este centro y enviar a sus usuarios a otros privados, donde tendrán que pagar precios más elevados", señala el presidente del comité de empresa, Francisco Suero.

Transeúntes

Desde hace unos meses, los empleados vienen advirtiendo sobre los planes para deshacerse del servicio. Acusan a los gestores del Principado de tratar inicialmente de defender la privatización ante la necesidad de acometer importantes obras en el inmueble. Un argumento que decayó, señalan, a finales de marzo, cuando se decidió utilizar el edificio para albergar a una treintena de transeúntes, asegurando que las condiciones de la residencia eran buenas para tal fin.

Ahora, advierten que la privatización se convertirá en un negocio redondo para los nuevos dueños. "Con una pequeña inversión lograrán rentabilidad", vaticinan desde el comité para reivindicar la viabilidad de un equipamiento que, salvo cambio de planes, dejará de dar servicio público a universitarios y deportistas en el corto plazo.