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Tragedia en la zona rural del concejo

Silencioso y nostálgico adiós a Juanqui Menéndez, un "constructor de amigos"

Las Teresianas arropan a la familia del joven en una despedida cargada de recuerdos: "No le iban los exámenes, pero en amor sacaría buena nota"

Silencioso y nostálgico adiós a Juanqui Menéndez, un "constructor de amigos"

"No le gustaban los exámenes, pero si ahora hace el de amor seguro que sacaría muy buena nota". Así recordó ayer el capellán del colegio de las Teresianas, Chema Hevia, a Juan Carlos Menéndez, que fue alumno del colegio desde los dos años hasta 4º de la ESO y que el pasado miércoles falleció a los 19 años tras ahogarse en el Nalón a su paso por Caces cuando pasaba la tarde con unos amigos. El silencio y las lágrimas en los ojos de una veintena de excompañeros de pupitre (los que pudieron acceder a las exequias debido a las restricciones de aforo) marcaron la celebración de la palabra en Los Arenales. La huella que el chico dejó en las Teresianas y anécdotas de sus años colegiales en la falda del Naranco fueron el tema central de una triste tarde en el tanatorio.

Chema Hevia inició la despedida con una mención a las numerosas condolencias llegadas desde la comunidad educativa. "Son muchos los profesores y tutores que están aquí, aunque no sea presencialmente", dijo el cura, que definió a "Juanqui", como era conocido el joven, como "un constructor de amigos", porque fueron muchas las personas en las que dejó un grato recuerdo. "Siempre estuvo rodeado de amigos, algunos estuvieron presentes en su muerte y otros estáis hoy aquí para despedirle".

La familia se mostró muy agradecida por el apoyo recibido durante el largo velatorio. A pesare de las limitaciones, fueron muchos los que pasaron a brindar su último adiós a un joven cuya pasión era "trabajar y conducir su coche".

Uno de los gestos más emotivos fue cuando el religioso interrumpió la celebración para entregar una imagen de La Santina a Lucía, hermana del fallecido, para que la llevase a la abuela, "la debilidad" de Juanqui, que se ausentó de la despedida para evitar la emoción a su avanzada edad.

Previamente, el director de Las Teresianas, Ramón Eliseo Fernández, donó a los familiares una imagen de Santa Teresa Andariega en nombre de toda la comunidad educativa como agradecimiento a un chaval para el que todos tenían buenas palabras. "Era un pedazo de pan", repitió como ya hiciera un día antes el director en conversación con LA NUEVA ESPAÑA.

Tras la celebración de la palabra, fueron muchos los estudiantes que, en silencio, se llegaron hasta la planta baja del tanatorio para acompañar a los padres y la hermana en un último adiós para el quien fue "uno de los alumnos más queridos" de Las Teresianas.

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