Cambio de planes. El grupo empresarial asturiano con negocios en el ámbito de la hotelería que compró el edificio número 1 de la calle del Rosal (el que hace esquina con la calle Jesús y frente al que desemboca Fruela) con el objetivo de instalar un complejo de apartamentos turísticos ha dado marcha atrás. Su decisión definitiva es reconstruir el inmueble para viviendas, reservando el bajo para un restaurante de lujo, cuyas características prefieren no desvelar por el momento.

La intención inicial de la compañía con la adquisición del inmueble, a un paso del Ayuntamiento, era habilitar apartamentos turísticos a las puertas del Antiguo, aprovechando el tirón del casco viejo. No obstante, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA el año pasado, aquella primera decisión quedó en un "veremos", a la espera de la evolución del mercado. Finalmente, y tras un estudio detallado, el futuro de este solar será residencial, aunque con uso hotelero en el bajo.

El inmueble fue declarado en ruina hace un lustro y ya ha sido vaciado y derribado parcialmente. Contaba con tres pisos en altura y un altillo. Los bajos, hoy sin ningún tipo de actividad comercial, estuvieron ocupados hasta poco antes de la declaración de ruina por un quiosco, la conocida joyería Solís y una farmacia.

Llama la atención el hecho de que este edificio esté justo enfrente del número 1 de la calle Fruela, donde se acaba de anunciar la futura implantación de un núcleo turístico con 48 alojamientos, sumando los pisos, apartamentos y estudios previstos. En su caso, los promotores son la familia propietaria.