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PABLO DE MARÍA | DIRECTOR DE LOS CICLOS DE CINE DE LA FUNDACIÓN MUNICIPAL DE CULTURA

"Los ciclos de cine en Oviedo tienen una labor cultural, pero también social"

"El sector iba a desaparecer con la televisión o las plataformas digitales, pero nunca se dejará de hacer películas"

Pablo de María, ayer, en Oviedo. IRMA COLLÍN

Es el responsable de la programación cinematográfica de la Fundación Municipal de Cultura de Oviedo. Pablo de María (Oviedo, 1975) se presentó hace seis años en el Ayuntamiento con un folio en el que esbozaba una propuesta relacionada con el cine. Al entonces alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, le gustó la idea y De María desarrolló el proyecto de lo que sería la primera semana del audiovisual contemporáneo de Oviedo (SACO). Al año siguiente llegó el cine a la luz de la luna y luego el ciclo Radar, lo que supone que Oviedo tiene una programación que anual que solo se suspende durante el mes de septiembre, con las fiestas de San Mateo, cuando el teatro Filarmónica, donde se proyectan las películas de Saco y Radar, está ocupado por el teatro. En unos días, aún en la fase tres de la desescalada, si es que Asturias accede a ella este lunes, comenzará el ciclo de cine a la luz de la luna con proyecciones a las 23.00 horas en junio y a las 22.15 horas en julio y agosto en distintas localizaciones de la ciudad.

- Un ciclo que empieza este viernes antes que otros años.

-Sí. En mayo y junio teníamos que haber hecho el ciclo Radar y lo suspendimos. Podríamos haber hecho las sesiones de junio pero no tenía sentido utilizar el Filarmónica con solo un tercio del aforo. Así que presentamos al concejal de Cultura, José Luis Costillas, la propuesta de ampliar el ciclo de cine al aire libre y le pareció muy buena idea. De este modo abarcamos junio, julio y agosto.

- ¿Más novedades?

-Tenemos más películas y sesiones que nunca. Son 40 proyecciones de 29 películas. Además estrenamos nuevos espacios como la losa que se ha construido en El Vasco. También llevaremos el cine a Limanes y Olivares.

- Con restricciones de aforo, imagino.

-Si, sí. Mantendremos todas las medidas se seguridad, así que tendremos geles hidroalcohólicos, las sillas estarán separadas dos metros y pedimos a la gente que lleve mascarillas. Además tendremos que cerrar los accesos perimetrando el espacio. Haremos dos fines de semana en fase tres que permite un aforo de hasta 800 personas si el espectáculo, en este caso la proyección, es al aire libre.

- La programación cinematográfica se ha estabilizado en Oviedo pese a los cambios de gobierno.

-Empezamos con una cosa pequeña, de diez días y luego ese contenedor se nos quedó pequeño, así que comenzamos a hacer más cosas. Teniendo un espacio como el Teatro Filarmónica estaba claro que teníamos el contenido y el lugar adecuado, es un lugar fantástico para ver cine y además en los últimos años se compró una pantalla y un proyector. Las condiciones son muy buenas, teníamos el equipo y el espacio así que fuimos creciendo.

- ¿El público también fue creciendo?

-Los primeros años no había tanto. Ahora tenemos una media de 500 personas por película y hay una decena de ocasiones al año que se llena el Filarmónica. El público es muy receptivo a nuestras propuestas. Intentamos crear un discurso, construir un mensaje y una identidad que abarque toda la programación de cine de la FMC. Lo que hemos notado últimamente es un incremento del público joven, algo que es muy complicado en Asturias porque no hay jóvenes y porque su forma de ver cine es completamente distinta. Son chavales para los que Tarantino es un clásico de hace muchos años. Es muy satisfactorio ver en el Filarmónica a pandillas de chavales, pero también al público familiar, a abuelos que acuden con sus nietos. En una de las últimas proyecciones, la de "El hombre tranquilo", veíamos a mucha gente mayor que habría visto la película muchas veces y que iban acompañados de chavales que la veían por primera vez. Esa es la forma de mantener vivos los clásicos, que la gente los vea.

- En ocasiones sus propuestas son bastante arriesgadas, con películas completamente desconocidas.

-Cuando empezamos con Saco lo que programábamos era más contemporáneo, películas actuales que prácticamente ni se proyectan pero a las que yo creo que hay que darles espacio. Luego, con Radar, incorporamos los clásicos. Y sorprendentemente funcionó muy bien y hemos descubierto que en muchas ocasiones puede haber conexiones ocultas entre una película finlandesa y un clásico de Hollywood de los años 30. El público también lo ve y eso nos permite generar un discurso completo y que el espectador saque sus propias conclusiones. No todo lo programamos buscando el éxito de público. Hay películas que no son obras maestras pero que tienen que ser vistas para poder completar ese mosaico. Si solo viésemos obras maestras no las diferenciaríamos del resto. Hay grandes películas imperfectas.

- Un detalle a tener muy en cuenta es que todas las proyecciones son gratuitas.

-La producción de la actividad no es cara y si cobrásemos entrada la FMC ganaría dinero y no creo que sea su función. Por otro lado yo lo entiendo como un servicio público y además los ovetenses ya lo pagan con sus impuestos. Yo veo el público que va a las sesiones y tengo claro que muchos no podrían permitirse gastar 100 euros al año en ir al Filarmónica, en especial la gente mayor. Sería una lástima que no pudieran ver las 25 películas de Radar porque no tienen dinero. Además de una labor cultural tenemos que hacer una labor social

- Ha pasado por tres equipos de gobierno distintos y su propuesta no ha hecho más que crecer.

-Sí. Estoy muy agradecido. En seis años nadie en el Ayuntamiento me ha dicho lo que tenía que hacer. Hemos tenido absoluta libertad artística, creativa y profesional. Y soy consciente de que hay otras ciudades en las que esto no es así.

- ¿El cine está herido de muerte por el coronavirus?

-El cine se iba a acabar cuando apareció la televisión, con las plataformas digitales o con las series. El cine se lleva acabando mucho tiempo y nunca se va a acabar. Sí que es cierto que el sector lo está pasando muy mal, en especial los técnicos y los profesionales.

- ¿En qué ha pensado a la hora de programar el ciclo de cine a la luz de la luna que comienza el viernes?

-En que hay que reirse, en que tenemos que pasarlo bien. Han sido tres meses durísimos para todos y necesitamos reírnos y compartir y para eso sirve el cine. Hemos programado varias comedias porque ver una comedia acompañado es lo mejor del mundo, la risa es contagiosa y en este momento lo necesitamos.

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