Las condiciones en las que se ha desarrollado la vuelta a la actividad en los juzgados están provocando que algunos profesionales de la administración de justicia den un paso al frente y denuncien una situación que califican de "vergüenza". Es el caso de la magistrada Elena González, titular del juzgado de lo penal número 2 de Oviedo, que ayer, al final de una vista, aprovechó para denunciar lo que considera una situación inadmisible y reclamar mejoras urgentes.
González aplaudió la actitud de los abogados, a los cuales dijo admirar por cómo están manteniendo la compostura ante unas condiciones que tilda de indignas. "No disponen de mesas y algunos tienen que tirar las cosas y los papeles en el suelo para seguir el juicio", aseguró tras una sesión en la que tan solo uno de los tres abogados de las partes pudo ocupar la mesa, mientras que los dos restantes intervinieron en el juicio desde unas sillas destinadas habitualmente para el público.
A las críticas de la juez se sumaron las de la fiscal Esperanza González, quien subrayó que las deficiencias en las sesiones vienen de lejos. "Antes los fiscales disponían de mesas individuales, pero se encargaron de hacer desaparecer esa costumbre", apuntó la representante del ministerio público tras participar en el juicio con mascarilla y una pantalla protectora.
Ambas coincidieron en lamentar la escasez de expendedores de gel desinfectante y mostraron sus quejas por la falta de una ventilación mínima exigible ante la necesidad de extremar las precauciones frente a contagios. "Es una sala sin ventanas y ni siquiera hay un sistema alternativo de ventilación", apuntó la magistrada, sugiriendo como posibilidad la colocación de un ventilador.
A juicio de ambas, las medidas tomadas son insuficientes. "Desde que el pasado jueves retomé los juicios, lo único que hacemos es llamar a dos chicos para que vengan a desinfectar entre vista y vista", relatan respecto a unas restricciones que se complementan con la clausura mediante cintas de la mayor parte de las sillas disponibles para el público.
Estas quejas se suman a las de varios abogados, que dicen haber visto condicionado su trabajo con iniciativas como establecer la cita previa para acudir a solicitar poderes. "Antes podía ir a cualquier hora y ahora todo es mucho más complicado", relata el letrado Luis Nogueiro, disconforme con la prohibición de poder acompañar a los clientes para trámites relativos a divorcios o casos similares.
