Pablo de Lillo aprovechó el confinamiento para leer, repensar sus creaciones artísticas y "montar mentalmente" una exposición pospandemia en la que participasen creadores de sólida trayectoria y a los que estuviera unido por lazos de amistad y admiración. El resultado puede verse ya en su estudio de la calle General Zuvillaga bajo el título de "Lo mismo"; una muestra de dibujo, escultura, fotografía y collage de David Martínez, Paco Nadie y él mismo. Estará abierta hasta finales de julio y ha sido la forma de que los tres volvieran a encontrarse con el público tras el encierro, tanto el obligado al inicio del estado de alarma como el que impone el proceso creativo.
"La exposición se genera a partir de la instalación. Los tres trabajamos teniendo en cuenta el espacio expositivo. Y la clave es el montaje, la propia relación entre las piezas", explicó ayer al poco de reabrir la sala después de tres meses de cierre forzoso. Sus piezas escultóricas comparten espacio con las llamativas creaciones de David Martínez o el "Archivo del olvido" de Paco Nadie.
El primero llevó a General Zuvillaga creaciones escultóricas con relieves hechos de resina y dos piezas que intervienen en el espacio. Una es especialmente llamativa porque cuelga del techo y se ve nada más entrar. Es una bicicleta con varios maillots profesionales. "Con esta obra planteo una apropiación del cuerpo como herramienta escultórica. Además, tiene detalles geométricos hecho a partir de relieves cogidos de motivos de la Alhambra", explica antes de añadir que la exposición es "una vuelta a la vida" tras la peor etapa de la pandemia por covid-19.
El "Archivo del olvido" de Paco Nadie enseña al espectador lo que puede hacerse con material procesual desechado para una exposición. Por ejemplo, con los dibujos o las polaroids que salen mal o el artista no selecciona. "Son materiales inspiracionales que realmente tienen que ver con el confinamiento, aunque entendido como el que se impone todo artista cuando está creando", comenta De Nadie. La vuelta a la actividad en una galería de arte le produjo ayer sentimientos encontrados. "El regreso es extraño. Una de las cosas más importantes de exponer en una galería es el contacto con el público y parecía que lo habíamos perdido. Muchas veces el hecho de poder hablar de uno en uno es distinto a una presentación para todos. Me pregunto qué pasará a partir de ahora en los museos al hacer un circuito y no poder volver a hacer algo. Me produce inquietud".
El estudio Pablo de Lillo volverá a la normalidad poco a poco y sin fechas marcadas en el calendario. Así, Pablo de Lillo aún no ha retomado las clases ni los talleres que se quedaron en suspenso el 14 de marzo. Lo que no requerirá cambios será la propia sala. Diáfana y ventilada, se adapta a los protocolos sanitarios, de seguridad y de distancia interpersonal.
