El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo del PP y Ciudadanos aprobó ayer su plan de recuperación social, económica y empresarial con las abstenciones de PSOE y Somos y el voto a favor de Vox. En un debate plenario de tono sosegado en su primera parte (la bronca llegó con el segundo turno, en el que se discutían los detalles de las modificaciones presupuestarias y donde se vivieron momentos broncos entre Somos el PSOE y el PP, con escandalera por reproches mutuos) el Pleno aprobó esos 21 millones de inversión bianual que irán destinados a políticas de fomento del empleo, ayudas sociales y reactivación de los sectores económicos locales. Las fuerzas de izquierda de la oposición, pese a su apoyo tácito con la abstención y expreso en algunas de las partes del programa como las referidas al empleo, cargó contra la falta de diálogo previo, la lentitud en la adopción de medidas, la indefinición de los proyectos, la negativa a la inclusión de enmiendas y la falta de equilibrio en algunos capítulos, con menor atención de la debida, denunciaron, a lo social.

El equipo de gobierno, a través de su concejal de Economía, Javier Cuesta, defendió que la mejor política social es el empleo y que el diálogo se reflejaba en la incorporación de muchas propuestas de la oposición en el plan y tras un diálogo amplio con todos los sectores implicados en la recuperación.

La oposición, en cambio, le acusó de aplicar el rodillo bipartito y de haber ignorado en la elaboración de estos proyectos a algunos de los principales agentes sociales de la ciudad. Pese a todo, el portavoz socialista, Wenceslao López, se dijo "leal con la ciudadanía" y perseverante en su intento de pactar con el gobierno. "Hemos hecho un esfuerzo para ayudarles a que hagan un plan mejor, con buena voluntad", insistió, enérgico, para presentar sus más de treinta enmiendas.

Pese a que en algún momento del debate parecía que había la posibilidad de aceptar a los socialistas la puesta en marcha de un de órgano que tutelara el plan, al final el gobierno no aprobó el consejo asesor del PSOE, integrado por asociaciones, representantes de la patronal y todos los grupos políticos aunque incluyó un consejo formado por el Alcalde y altos funcionarios que no fue suficiente para convencer a los socialistas. De todas las enmiendas, se aprobaron cinco, todas ellas cuestiones relacionadas más con la literatura, adjetivos en los párrafos introductorios y la inclusión de algún sesgo en el plan, como el de "la perspectiva de género". Nada sustancial, lo que hizo que el PSOE no acabara apoyando explícitamente el plan y se limitara, como sus compañeros de Somos, a aportar su abstención para la aprobación plenaria.

A la falta de diálogo y consenso, la oposición añadió la crítica de poca atención a la parte social del plan. La portavoz de Somos Oviedo, Ana Taboada, tiró de relato y contó la peripecia vital de una familia ovetense afectada por la crisis a la que el retraso en activar las ayudas por parte del Ayuntamiento perjudicó seriamente. Taboada planteó sus dudas a que el Ayuntamiento pueda llevar a cabo el plan con un personal exiguo, sólo 5 personas en el área, dijo. "Han sido lentos y han tomado medidas a trancas y barrancas", lamentó. "Nos espera un invierno frío y muy largo en Oviedo".

Taboada también midió el volumen del plan con otras ciudades, aunque el concejal de Economía negó que Oviedo aporte menos millones que en otros sitios. Somos también coincidió con todos los grupos de la oposición, también con Vox, en censurar que en tiempos de pandemia no se deje a un lado el nombramiento de cinco nuevos directores generales. La portavoz del partido ultraderechista, Cristina Coto, también se quejó de que aquí no haya habido diálogo previo ni órganos donde consensuar el plan. El líder de Ciudadanos, Nacho Cuesta, fue blanco de otras críticas, las dirigidas al plan de obras menores de su área, Infraestructuras, por la falta de concreción.