La Tenderina despidió ayer a una de esas personas "que hacen barrio". Lo dijo el párroco de la iglesia de San Francisco Javier, Alberto Reigada, durante el funeral de Virgilio Encina Iglesias, presidente del coro de esta parroquia ovetense y vocal de la Federación de Coros de Asturias. Encina falleció anteayer a los 75 años, víctima de una larga enfermedad, y la iglesia se llenó en su despedida.

Reigada, y todos los que acudieron al funeral, despidieron "a un amigo y a un vecino del barrio", a una de esas personas que dinamizan la ciudad al involucrarse de lleno en la zona en la que viven. El fallecido lo hizo a través de la música, del coro San Javier, y también de la parroquia. El sacerdote lo calificó ayer de "facedor del templo", de esa parroquia en la que fue despedido. La iglesia de la parte baja de la avenida de Torrelavega ha estado en obras en los últimos meses, "y Virgilio acudía casi a diario a comprobar cómo iban los trabajos", reveló Reigada. Participó y colaboró en todo lo que pudo durante las obras, algo a lo que contribuyó su experiencia profesional de muchos años en la empresa familiar en la que trabajaba, dedicada a la construcción.

Los fieles de San Francisco Javier, entre ellos el fallecido, aportaron 800.000 euros para las obras de reforma del templo. Se da la circunstancia de que una de las mejoras de la parroquia fue la construcción de 200 columbarios y "Virgilio Encina será el primer vecino cuyas cenizas reposen en uno de ellos", apuntó el párroco. El fallecido descansará ya en el templo al que tan vinculado estaba,

Su coro, el coro de San Francisco Javier, no faltó a la misa funeral de despedida. Una formación "que es una gran familia, que hace mucho por el barrio", insistió el sacerdote.

Virgilio Encina nació en Villallana (Lena), donde se crio y vivió hasta los 26 años. Iba al colegio a Ujo, lo que le obligaba a caminar cuatro kilómetros de ida y otros tantos de vuelta todos los días, hasta que sus padres le compraron una bicicleta. Fue en esa etapa escolar cuando se aficionó a la música, como él mismo explicaba en LA NUEVA ESPAÑA: "En el colegio había una asignatura de canto y actuaba en los actos de final curso como tenor. Por aquellos años, la gente en los pueblos era muy cantarina. Hice la mili en un barco, en El Ferrol, y tenían un coro. Uno de las Cuencas no pegaba mucho en la Marina, pero había excedente de cupo y me tocó. En el barco había un coro y me apunté. Fuimos a cantar a Sant Cugat a Televisión Española, en el año 1966 a un festival que se llamaba 'Canciones de la mar'. Luego seguí actuando, pero no con coros".

Ayer, el suyo, el de San Francisco Javier de la Tenderina, que ayudó a refundar en 2009, le despidió en su parroquia.