El amarillo ha pintado los escaparates del casco histórico. Los cerca de 60 establecimientos de la agrupación de comerciantes del Oviedo Antiguo (ACOA) colaboran en una campaña veraniega de dinamización de la zona y fomento de las tiendas de proximidad que ayude a fortalecer la economía tras la crisis económica. Los comercios expondrán su mercancía bajo un mismo criterio cromático, que cambiará cada quince días. Es decir, un color predominará en los escaparates. Esta temporada, hasta el 8 de julio, el tono elegido es el amarillo. Ropa, cosméticos, abalorios, muebles e, incluso, productos dietéticos y de alimentación tienen como denominador común el color del sol. Una forma de conseguirlo es a través de los envoltorios y embalajes.

"La campaña de decoración comunitaria durará todo el verano para llamar la atención de vecinos y turistas, y la reforzaremos con acciones concretas como sorteos de vales de compra de 100 euros", explica Sandra Sutil. Raquel Iglesias, propietaria de la droguería Mestallón, frente al colegio de los Dominicos, diseñó el escaparate en tonos amarillos durante dos días hasta conseguir una especie de bodegón que invita a ir a la playa. Bronceadores, piñas, colonia, bolsos o bisutería atraen las miradas de los viandantes. "Es el momento de que los pequeños comerciantes nos unamos. Lo único que nos salva es que los clientes aún tienen miedo a ir a grandes superficies, pero las ventas han bajado, y más en el sector del maquillaje. A la gente no le apetece pintarse".

En la misma línea, Marta Suárez, de Geacosmetics, en Suárez de la Riva, defiende la puesta en marcha de actividades novedosas, como la de los colores, para "llamar a la gente a pasear, mejorar la imagen de la ciudad y potenciar la alegría". Su escaparate, un cuadro "de verano poscovid", está lleno de lociones de protección solar, esponjas naturales del Adriático y hasta claveles turcos.

Algo más complicado para montar un escaparate en amarillo lo tuvo el matrimonio formado por Soledad Morte y Ángel Blanco, propietarios de la tienda de ropa Envidia Sana, en el Fontán. Ese color no está de moda, por lo que los complementos marcan la diferencia en su propuesta. Chaquetas azul marino con un pañuelo amarillo en el bolsillo, por ejemplo. Sobre el nivel de ventas desde la reapertura, son claros. Ha bajado en picado. "A nosotros nos afecta especialmente porque vivimos mucho del turismo y de los visitantes del rastro de los domingos, que sigue suspendido".