El motor incombustible de Ramiro Boto, pionero en trasladar el estilo del "diner" americano al Oviedo de los años ochenta y mantenerlo vivo hasta la actualidad en su Street Bar, se apagó para siempre en la noche del lunes al martes. "Casi cuarenta años de dedicación, y cuando apenas había comenzado a disfrutar su merecido descanso, su enorme corazón ha dejado de latir mientras dormía esta pasada madrugada", contaban ayer las redes sociales del negocio que regenta ahora su hijo Carlos.

Ramiro Boto fue uno de los primeros negocios locales orientado a la comida americana clásica: las hamburguesas, los platos combinados, las ensaladas césar, las alitas... Cuando abrió las puertas en su pequeño local de la calle Miguel Traviesas ya había trabajado en la hostelería en Madrid y también de camarero en la célebre discoteca Bombé, en los bajos del edificio del Reconquista. El Street lo abrió con dos socios el 14 de junio de 1983, y a los pocos años siguió al frente del negocio en solitario, y después acompañado por su hijo.

La calle Miguel Traviesas tuvo muchas caras durante todas estas décadas, pero el Street se mantuvo fiel a sus orígenes y a su marca, que Ramiro Boto mimó con el entusiasmo del primer día. Prueba de ello son las pequeñas y sucesivas reformas que le hizo al local, con sus homenajes al mundo del cómic, a la música rock y al blues, siempre presentes, a los deportes o a las motos, otra de sus grandes pasiones. También, el cambio de logotipo a finales de los noventa o la reforma de la terraza de hace pocos años, que convirtió en un cenador americano estilo años cincuenta. O su clásico sistema de puntos para premiar al cliente con merchandising del local.

El presidente de los hosteleros asturianos, José Luis Álvarez Almedia, lamentó ayer la pérdida de "un gran profesional que siempre fue muy de la asociación y que nunca llamó la atención porque fue serio en su trabajo y eficaz". "Fue un pionero en el sector y gran trabajador, ejemplo de excelencia, muchas generaciones pasamos por su local y siempre mantuvo la máxima calidad y servicio. Desde Otea enviamos a la familia nuestro más sentido pésame. Es una gran pérdida para el sector", concluyó.

La capilla ardiente ha quedado instalada en el tanatorio de Los Arenales, donde hoy a las cinco de la tarde se oficiará la celebración de la palabra para despedirle.'