La Fundación Ópera de Oviedo instalará mamparas en el foso del teatro Campoamor para garantizar la seguridad de los músicos, especialmente los de viento y metal, que por las características de los instrumentos no usan mascarilla y podrían proyectar partículas de saliva. Las pantallas de metacrilato estarán en el fondo del foso, de techo al suelo, para separar con más garantías a los profesionales de la tuba, la trompeta, el clarinete o el fagot. El presupuesto de la instalación, aún sin calcular, correrá a cargo de la Ópera de Oviedo, cuyos representantes se reunirán mañana en el propio teatro con el concejal de Cultura, José Luis Costillas, para informarle de sus planes -que incluyen más novedades- y hoy harán lo mismo con la consejera de Cultura, Berta Piñán. Son las primeras reuniones oficiales tras la renovación en el cargo de presidente de Ópera de Oviedo por cuatro años más de Juan Carlos Rodríguez-Ovejero.

El director de la institución, Celestino Varela, subraya que es una obra que "perdurará en el tiempo, pase lo que pase", en referencia a un posible rebrote de coronavirus o futuras pandemias que obliguen, como ahora, a que los músicos mantengan una distancia entre ellos de metro y medio. Además, ha adelantado a LA NUEVA ESPAÑA que es posible que el arranque de la temporada cuente con una función más para compensar la reducción de aforo impuesta por la crisis sanitaria. Se trata de un programa doble compuesto por "L'heure espagnole", de Maurice Ravel, y "Les mamelles de Tirésias", de Francis Poulenc, que empezará el 6 de septiembre. En un primer momento había previstas custro funciones, pero probablemente se hagan cinco.

Las orquestas deberán reducir el número de sus componentes durante las próximas funciones de ópera en el Campoamor. Será la única manera de caber en el foso del teatro cumpliendo las indicaciones del Real Decreto del 19 de junio que obliga a mantener una separación de al menos un metro y medio. Si una orquesta estándar tiene 59 o 60 profesionales en el foso, ahora deberá tener 35. "La idea es poder aumentar gradualmente los componentes a medida que las restricciones por covid-19 se vayan levantando, pero nunca se sabe", insiste Varela.

La entidad lírica está en contacto directo con la OSPA y Oviedo Filarmonía para perfilar los detalles del trabajo a partir de septiembre, cuando abra el Campoamor y continúe la temporada operística (cuyos ensayos empezarán el 17 de agosto). El plan incluye la posibilidad de que algunos músicos se sitúen fuera del foso, en los palcos. Según Varela, el foso del Campoamor es muy pequeño y no permite ampliar espacio como en otros recintos similares, por ejemplo, el teatro Real de Madrid. Allí se ha representado a primeros de julio "La Traviata". La dirección quitó dos filas de la platea y ahira caben 56 músicos en el foso.

Ópera Oviedo no descarta que, de aquí a septiembre, las normas hayan vuelto a cambiar y que la temporada recupere su pulso normal. "Al menos, ya tenemos una base sobre la que trabajar, que es el decreto del día 19 ", comenta Varela, quien mantiene un fluido contacto con el Principado a través de su vicepresidente, Juan Cofiño, y con la Fundación Municipal de Cultura por medio del concejal Costillas. Además. la entidad trabaja junto a la asociación Ópera XXI, que aglutina a 26 teatros y festivales nacionales, para establecer un canal de comunicación con el Ministerio de Cultura. De esta forma, pueden hacer llegar al Gobierno propuestas para adaptar las funciones la la nueva realidad