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Un ovetense innova en el campo andaluz

Sergio Espina recibe un premio nacional del sindicato ASAJA por su proyecto de cultivo y transformación de moringa en Conil de la Frontera

Sergio Espina, en Oviedo, con el producto merecedor del premio. FERNANDO RODRÍGUEZ

El ovetense Sergio Espina ha sido galardonado por el sindicato ASAJA con el premio al Joven Agricultor Innovador por un proyecto que lleva varios años desarrollando con su socio, Juan Diego Marín, en la localidad gaditana de Conil de la Frontera, donde vive actualmente.

Tras trabajar en diversos sectores como la automoción, el textil o el comercio, los socios se embarcaron en una aventura arriesgada, con la que intentaban aprovechar el clima y el terreno propicios de Conil para la agricultura: el cultivo y comercialización de una planta, la moringa, que tiene unas extraordinarias propiedades nutricionales y medicinales.

El riesgo venía del hecho de que la planta no es muy conocida, y se trataba, entonces, no solo de producirla y distribuirla sino también, sobre todo, de darla a conocer. Además, la idea desde un principio era centrarse en la calidad y la trazabilidad del producto.

"Lo que vimos fue que nadie había apostado por un producto de calidad; lo que se comercializaba era de baja calidad y baja trazabilidad, y nosotros buscábamos todo lo contrario; nuestro producto se hace únicamente a partir de la hoja de la planta, que es la que tiene todas las propiedades", explica Espina.

Su proyecto toca tres sectores, y ese es otro de sus valores. En primer lugar, el sector primario, el agrario, con la producción de la planta; también el secundario, con la fabricación y el envasado, de los que se encarga también su empresa; finalmente, hay una parte de difusión, de democratización del producto.

Actualmente, sus productos, que aparecen en cápsulas e infusiones, se pueden encontrar en herboristerías, farmacias y tiendas ecológicas o de alimentación saludable.

La moringa se está dando a conocer cada vez más gracias a su impulso, pero falta mucho trecho todavía para democratizar el producto, de ahí que su principal labor ahora sea la difusión.

Sergio Espina asegura que se decidió a cultivar la moringa precisamente porque se trataba de un producto apenas conocido, con unas posibilidades extraordinarias. Su mayor valor es el antioxidante, que ayuda a prevenir el envejecimiento de las células, y también que tiene una capacidad muy alta para ser absorbida por el organismo: un 75 por ciento. Pero, más allá del producto que hayan elegido para su empresa, lo cierto es que la iniciativa emprendida por Sergio Espina y su socio es un ejemplo de emprendimiento, de trabajo casi desde cero en la defensa de un producto, del que gracias a su empeño están saliendo airosos.

Hace cuatro años que lo pusieron en marcha, aunque el producto lleva en el mercado un año y medio. "Nos ha costado mucho sacarlo adelante", señala el emprendedor asturiano, consciente de que aún le queda camino por recorrer, porque el problema "es el conocimiento".

Tras haberse extendido con éxito por Andalucía y el resto de España, donde su producto está disponible en cerca de 400 establecimientos, ahora están en negociaciones para abordar grandes superficies.

El premio otorgado por ASAJA reconoce no solo un cultivo respetuoso con el medio sino también la capacidad de producción y transformación y la innovación en el desarrollo de la marca.

"Nosotros buscábamos algo diferente, innovador, desarrollar algo con futuro, para el día de mañana, que esté vinculado a la salud y el bienestar", sostiene Espina. Cabe esperar, ciertamente, que su iniciativa tenga mucho futuro.

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