Los hosteleros son conscientes que el control de los límites de aforo es la medida más efectiva para garantizar la distancia de seguridad entre clientes, pero al mismo tiempo lamentan que su cumplimiento es el principal enemigo para la recuperación de sus niveles de facturación. "Está siendo difícil", reconoce Pepe Reina acerca de la escasa afluencia de clientes provocada por las medidas.

Los bares de copas de Oviedo recuperaron su actividad el pasado mes de manera progresiva, pero la afluencia quedó bastante lejos de la de antaño. "Algunos tienen miedo al virus y la economía tampoco está muy boyante", explica el propietario de un establecimiento de la calle Altamirano, convencido de la necesidad de colaborar entre los empresarios y las autoridades sanitarias para acordar las medidas con el sector medidas "seguras y rentables".