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La miel ovetense conquista el Reino Unido

Mabel Tuñón y Gonzalo Castro ganan la medalla de plata del London International Honey Awards con su variedad monofloral de eucalipto

Gonzalo Castro y Mabel Tuñón muestran su miel, en su explotación apícola de Brañes. MIKI LÓPEZ

Mabel Tuñón y Gonzalo Castro acaban de ganar la medalla de plata en los premios London International Honey Awards por su miel monofloral de eucalipto de sabor dulce y persistente, retrogusto agradable, textura sedosa y color claro. Este matrimonio de apicultores ovetenses mandó en febrero tres muestras de su producto al Reino Unido tras inscribirse en el certamen al enterarse de la convocatoria por el sello de calidad "Alimentos del Paraíso Natural", al que pertenecen con su marca "Ería de Valles". Sabían que la miel era buena, pero no se esperaban quedar tan alto en un concurso internacional que recibe centenares de muestras de Canadá, Nueva Zelanda, Italia, Grecia, Arabia Saudí o Irán y en el que doce jueces puntúan la miel en una cata a ciegas. "Esta distinción internacional es importante para posicionar la miel de Asturias en el lugar que merece, solemos decir que aquí no somos competidores en cantidad, pero sí podemos serlo en calidad, y este hecho no hace otra cosa que constatarlo", explica Mabel en plena faena en una de las 500 colmenas que tiene distribuidas por la región, en Brañes (Oviedo) Villaviciosa, Llanera, Gijón, Ibias y Degaña.

La pareja comenzó su andadura en el mundo de la miel en 2012 como una afición y con una única colmena hasta ir ampliando poco a poco el número y el territorio. La progresión fue tal que decidieron volcarse por completo y hacerse profesionales. Él, topógrafo de profesión, dejó su trabajo para incorporarse a la actividad agraria a tiempo completo en vista de que cada vez había menos obras civiles. Ella compagina la apicultura con su empleo como profesora de matemáticas en un instituto: "Aprovecho los fines de semana y parte de las tardes para ir a las colmenas. Especialmente en la temporada de abril a septiembre, que es cuando trabajamos más duro".

La pareja recoge el producto de sus diferentes ubicaciones y realiza el proceso de extracción en una nave ubicada en Brañes. Así, tienen miel monofloral de brezo, castaño o eucalipto, y miel multifloral de costa o de alta montaña que envasan en formatos de 250, 500 y 1.000 gramos. "El concurso iba a ser en mayo, pero se pospuso a finales de junio por el coronavirus y esta semana nos dieron los resultados. Ahora vamos a poder utilizar el sello 'London International Honey Awards' durante un año en nuestra miel", comenta Mabel, que además no ha dejado de trabajar durante la pandemia. "El covid-19 paralizó un poco nuestras ventas porque trabajamos con tiendas pequeñas gourmet que al principio estuvieron cerradas y luego con el horario reducido en zonas turísticas. Ahora hemos relanzado la venta 'online' y ampliamos la distribución a tiendas mayoristas para generar más ganancias", matiza.

La miel de "Ería de Valles" obtuvo una puntuación de entre 75,5 y 85 sobre 100 hasta alcanzar la categoría de plata. Los jueces la probaron fuera de su tarro habitual, sin ninguna característica distintiva visible. Entre los criterios a evaluar estaba la apariencia, el olor, la textura, el sabor o la sensación en boca. "Nos presentamos con esa miel monofloral de eucalipto porque había obtenido ya una buena mención en diciembre en un concurso nacional. La de eucalipto es una de las más dulces de Asturias, es suave y está indicada incluso para alivitar y tratar problemas de garganta. Ha salido muy buena", subraya el topógrafo reconvertido en apicultor.

El concurso de miel celebrado en Londres en junio (con retraso de algo más de un mes por la crisis sanitaria) su pone un espaldarazo para el matrimonio de apicultores ovetenses. Pese a que el reconocimiento no lleva aparejado un premio en metálico, el hecho de que su sello vaya a estar impreso un año en sus tarros de miel les amplía el mercado nacional y les abre las puertas al internacional. De hecho, así lo reconocen las bases del London International Honey Awards, que tiene dos categorías, una de calidad (la de los ovetenses) y otra de diseño y empaquetado: "Los premios pueden respaldar la estrategia de marketing de los apicultores, compañías o empresas y sirven para verificar la superioridad del producto ante los posibles compradores. Es cierto que los clientes compran primero con los ojos y luego miran el precio, por lo que el logotipo del premio en la etiqueta del producto ayudará a impulsar sus ventas".

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