El sacerdote Juan José Tuñón Escalada, que fue abad de Covadonga durante siete años y actualmente es párroco de San Francisco de Asís (Oviedo), acometerá a partir de septiembre nuevas tareas como canónigo de la Catedral y encargado adjunto del Archivo Histórico, que dirige Agustín Hevia Ballina. Tuñón Escalada, historiador e investigador eclesiástico, miembro permanente del RIDEA, nació en Pola de Lena y está vinculado a Oviedo desde su juventud. Estudió en el Seminario de la ciudad y se ordenó en 1979. Su perfil combina una sólida formación intelectual (es autor de numerosas publicaciones) con la cercanía que debe tener un cura con sus feligreses. De ello dejó constancia en los concejos de Corvera (parroquia de Las Vegas) y Castrillón (parroquias de Santa María del Mar, Naveces, Bayas y Santiago del Monte).
- El Arzobispo le nombra canónigo de la Catedral, ¿cómo ha recibido la noticia?
-Para mí es una gran satisfacción pertenecer a una institución con más de mil años de historia como el cabildo de la Catedral de Oviedo. La Catedral es una referencia patrimonial. Seguiré siendo párroco de San Francisco de Asís. Siempre he tratado de organizarme con otras facetas. Todos los sacerdotes estamos con mucha actividad. Hacemos frente a la escasez de vocaciones y todos aportamos lo que podemos. En mi caso también soy profesor del Seminario desde hace treinta años. En las parroquias existe mucha colaboración.
- También será encargado adjunto del Archivo Histórico, que dirige Agustín Hevia Ballina.
-Agustín Hevia Ballina realiza un gran trabajo en el archivo y cuando el Arzobispo me pidió que me hiciese cargo de esta tarea me dejó claro que uno de los motivos es mi condición de historiador. El archivo tiene un fondo bibliográfico impresionante.
- Ha sido abad de Covadonga y ahora canónigo de la Catedral... Una carrera redonda.
-Mirando con perspectiva, doy muchas gracias a Dios y me siento muy afortunado. He sido coadjutor, he estado en Covadonga, lo que ofrece una visión de la Iglesia de Asturias y de España, ámbitos en los que me siento enriquecido desde el punto de vista humano y sacerdotal. En la Iglesia estamos para servir.
- Ha dedicado buena parte de su trabajo a estudiar la historia de la espiritualidad asturiana, ¿qué conclusiones pueden extraerse?
-A Asturias llegaban las ideas que circulaban por el resto de España y por Europa, con retraso, pero llegaban. La espiritualidad es un aspecto que tiene mucha importancia para conocer la historia de Asturias. Mi propósito es llamar la atención sobre un aspecto de esa importante y secular influencia de la Iglesia en la sociedad asturiana, que generalmente queda relegada a un plano muy secundario o incluso se ignora.
- ¿A qué se refiere exactamente?
-Me refiero a aquellas creencias, doctrinas, sensibilidades y comportamientos que comúnmente denominamos espiritualidad y que corren parejas a las solemnes formulaciones doctrinales y oficiales de la Iglesia.
- ¿El archivo diocesano guarda muchos tesoros escondidos?
-El archivo diocesano tiene documentación de toda Asturias y no solo de la historia religiosa, también de la Guerra Civil o de la Revolución del 34. En el archivo catedralicio se guardan incunables de incalculable valor y todos los fondos están perfectamente documentados. Es una riqueza que tenemos que guardar y proteger.
- La actividad parroquial ha tenido que cambiar por la crisis sanitaria. ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación?
-Hemos aumentado el número de misas y la respuesta ha sido muy buena. En muchas ocasiones estamos en el límite de aforo.
- Han tenido que retrasar las primeras comuniones.
-Tenemos un grupo de más de cincuenta niños y decidimos pasarlas de mayo a los días 10, 11, 17 y 24 de octubre. Esperamos que puedan disfrutar de un día muy especial en familia.
- Cada año pasa un mes en Roma investigando.
-Poder estudiar y vivir en Roma para mí fue una experiencia muy interesante y pasar un mes al año en los archivos vaticanos es muy enriquecedor. Roma te da una visión realmente universal de la Iglesia, y Covadonga también, por supuesto.
