La madre de Imran -el niño de 21 meses cuyo cadáver fue arrojado en el interior de una maleta al apeadero de Vallobín en el año 2014- permitió que su expareja, David Fuentes, golpease al niño en repetidas ocasiones semanas antes de que acabase matándolo de una brutal paliza. Al menos eso es lo que se desprende de la sentencia contra Fadila Chardoud dictada ayer por el juzgado de lo penal número 4 de Oviedo, que considera a la mujer autora de la "comisión de un delito de lesiones por omisión" y la condena a cuatro años y medio de cárcel. Esta pena ha de sumarse a los 20 años que se le impusieron a la madre de Imran por la muerte del pequeño.

El maltrato que sufrió Imran las semanas previas a su muerte fue de tal calibre que el niño llegó a sufrir una fractura en el fémur. Su asesino confeso, David Fuentes, también ha sido condenado por estos hechos. El gallego reconoció que había golpeado al pequeño en repetidas ocasiones cuando mantenía una relación con su madre en Oviedo y su abogado se fue a casa con un acuerdo en el que el fiscal rebajaba en seis meses su petición inicial de cinco años, pero en la sentencia de ayer el juez no atendió a esos pactos. Le impuso los cinco años a David Fuentes, que ya tiene otros 28 a sus espaldas por el asesinato del pequeño Imran.

Fadila Chardoud declaró en el juicio entre sollozos que su pasividad y su falta de respuesta cuando veía que David Fuentes le pegaba al pequeño se debía al miedo. Dijo que "vivía anulada" por el gallego, que le tenía pánico y que no se atrevía a enfrentarse a él. Su abogada, Belén González solicitó la libre absolución, apoyándose en las estadísticas que reflejan que un setenta por ciento de las mujeres maltratadas no denuncian los hechos por miedo.

El caso es uno de los crímenes más brutales de la historia negra de Oviedo. El niño murió al menos tres días antes de que unos operarios lo encontraran dentro de la maleta. Según la autopsia, le zarandearon, le arrastraron y le golpearon contra la pared o el suelo. Además, la Fiscalía sostiene que durante la primera quincena de octubre de 2014, encontrándose los tres en la casa, el hombre propinó un fuerte puñetazo al niño en una pierna, lo que motivó que sufriese una importante fractura. Acto seguido le colocó un trapo caliente sobre el muslo derecho, lo que le provocó una quemadura. Según la sentencia del juzgado de lo penal número 4 de Oviedo, la madre del pequeño no hizo nada por evitar estas agresiones.