Cero euros. Ese es el precio que tiene un menú en la Cocina Económica. Desde que se declaró el estado de alarma el pasado marzo, la institución decidió eliminar el precio de su comida, que era de unos simbólicos 50 céntimos. La medida tiene una doble explicación. Por un lado, porque en el comedor social consideran que las monedas "son una fuente de contaminación" y, por otro, porque cada vez iban más familias y en condiciones más precarias. "No pedimos nada. Cada persona viene aquí, coge su bolsa y se marcha", explica sor Esperanza Romero, responsable directa de la Cocina Económica, que señala jornadas con repartos superiores a los 360 menús, con atención a más de 100 familias. "Tuvimos más afluencia que nunca porque de repente había gente que no tenía ningún ingreso: ni ERTE, ni trabajo, ni ayudas". La Cocina Económica recibió más colaboración que nunca, a través de donaciones. El Ayuntamiento, además, contrató a dos trabajadores para reforzar la plantilla, que con el estado de alarma se quedó sin voluntarios. Comenzaron a entregar en recipientes de plástico las comidas que antes servían en su comedor. A las familias les daban alimentos para se pudieran preparar sus platos y, además, continuaron con la entrega de menús. La intención, en todo momento, era elaborar una dieta equilibrada y atendiendo a las diferentes necesidades de aquellos que lo solicitaban. De hecho, tienen comida preparada para celiacos y para intolerantes a la lactosa.