La ovetense Flor Suárez, profesora de Geografía e Historia, acaba de fundar, con otras compañeras docentes de acreditada experiencia, una plataforma que defiende la libertad de enseñanza en España. Flor Suárez considera que en el momento actual "se habla mucho de igualdad, pero no de libertad y, de forma específica, de la libertad de las familias para escoger el tipo de educación que quieren para sus hijos".
- ¿Existen motivos para promover una plataforma por la libertad de enseñanza?
-Creo que estamos en un momento de grave dificultad. Pienso que la libertad de enseñanza corre un serio peligro y que atañe fundamentalmente a la concertada, que sufre muchas dificultades.
- Pero, en teoría, los padres pueden escoger el tipo de centro que quieren para sus hijos...
-Cada vez que hay una crisis económica, como, por ejemplo, en el momento actual, la enseñanza concertada se ve más afectada que la pública. Cuando hablo de libertad de enseñanza estoy pensando en la capacidad de elegir entre un colegio público, concertado o privado. Ante todo, tenemos que defender los derechos fundamentales de los ciudadanos.
- La Constitución consagra ese derecho...
-La Carta Magna establece ese derecho, es cierto, pero ahora mismo no se está cumpliendo. Esta plataforma pretende, precisamente, hacer un llamamiento a la responsabilidad del Estado en todas estas cuestiones.
- ¿No teme que se le vincule a una ideología determinada?
-Pienso que es necesario reaccionar frente a un Estado superprotector y proteccionista con una desigualdad en el trato. La sociedad civil debe movilizarse. También quiero recalcar que en la plataforma están personas de ideologías muy diferentes. Esto me parece significativo. La libertad no tiene nada que ver con la política.
- La Universidad de Oviedo ha sido históricamente abanderada de la libertad de enseñanza. ¿Le parece necesario difundir ese legado?
-Claro. Por supuesto. El mundo académico ovetense siempre ha estado muy comprometido con esa libertad de cátedra. Basta recordar ejemplos como el del Grupo de Oviedo, un conjunto de intelectuales de la Universidad que, entre los siglos XIX y XX, participó activamente en la vida pública, promoviendo la renovación moral y científica de la España de la época dentro del movimiento del regeneracionismo.
- ¿Las actuales circunstancias sanitarias y las dudas sobre el inicio de curso agravan aún más la incertidumbre sobre el futuro inmediato de la educación?
-Todo influye, por supuesto. Las familias viven una gran incertidumbre. Nadie sabe exactamente lo que ocurrirá con el inicio de curso. Una cosa está clara y es que los padres son los responsables de la educación de los hijos en primera instancia. Tampoco viene mal recordar a Platón cuando dice que tienes que deshacer la familia para fortalecer un Estado. La familia es el único pilar básico para que una sociedad sea libre.
- El Gobierno ha rectificado sobre la intención de destinar los fondos de ayuda exclusivamente a la enseñanza pública.
-Es cierto, pero vamos a ver qué pasa con la ley que determinará todo esto. Las leyes deben estar defendidas por los sectores que se ven afectados por ellas y esos sectores no han sido tenidos en cuenta. Pienso que, de manera subliminal, están castigando a la concertada, cuyos padres pagan dos veces.
- ¿A qué se refiere?
-Por ejemplo, en el plan de reconstrucción hablan de becas-salario para jóvenes entre 16 y 18 años para cubrir gastos. Pienso que son decisiones que tienen una clara intencionalidad política. Vivimos entre ideologías fragmentarias. Ante todo, educar en libertad es formar hombres libres. En 34 años de ejercicio profesional estamos en la época más compleja en cuanto a libertades.
